Los últimos días antes de la investidura del Presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, después de las nuevas elecciones del 21-D dieron algo que parece de película de Berlanga, viendo a policías y sobre todo Guardias Civiles registrando todos los coches que vienen de Francia, al creer que Carles Puigdemont, entrará en Cataluña escondido en el maletero.
Hemos visto imágenes surrealistas, pues los agentes, en su obsesión por encontrar a Puigdemont, registraban incluso bolsos de mano.
Toni Soler, de “Està passant” (TV3), bromeaba en su programa con que “Entonces, Puigdemont sería President… de Cataluña en Miniatura”, citando al famoso parque recreativo con reproducciones en miniatura de monumentos catalanes.
Un conductor francés y su hija denunciaron la actitud de la Guardia Civil
Pero ha ocurrido algo que en Francia no ha sentado nada bien, o al menos a autoridades del sur del país, territorio de habla catalana. Lo ha denunciado un francés, según leemos en la web de la radio francesa France Bleu: Philippe Moly, fisioterapeuta, subía en su coche con su hija a ver la nieve que había caído en el Col d’Ares, puerto de montaña entre Francia y Cataluña, que comunica Camprodon y Ripoll con Prats de Molló, uno de los pueblos más importantes de la Francia cataloparlante, donde reside Moly.
Al llegar allí, y a 200 metros. de la frontera, en territorio francés, los dos se sorprendieron por la presencia de un vehículo de la guardia civil española. “A 200 metros de la frontera, vimos a un vehículo de la Guardia Civil. Policías armados nos pararon y controlaron. Y ellos verificaron si no transportábamos a nadie en el maletero”, relata Moly. “No comprendo cómo policías españoles armados pueden aventurarse en territorio francés”, siguió denunciando Moly. Conocemos la presencia de la Guardia Civil gracias a que la hija de Moly les hizo fotos a escondidas, que fueron publicadas en la web de France Bleu. Otro conductor pasó por lo mismo y dijo sentirse "en estado de shock y escandalizado".
El alcalde de Prats de Molló condena la actitud de la Guardia Civil
Al enterarse, Claude Ferrer, alcalde de Prats de Molló, denunció enérgicamente este incidente a los medios franceses y catalanes que lo entrevistaron. Juzgaba “totalmente anormal” la presencia de la Benemérita en territorio francés. Ha relatado cómo también autobuses, además de muchos coches, han sido registrados de esta manera.
La Guardia Civil justifica la acción por un Tratado del año 2005, que le autoriza a labores limitadas en suelo francés. Pero no sirve la excusa, los habitantes del país vecino se sienten agredidos e invadidos, y si su coche ha sido registrado en su propio país, se sienten además como si fueran considerados criminales. Además, el Tratado aludido dice que si los registros de la Policía española a vehículos franceses se hacen sin la presencia de la Policía y la Gendarmería francesa, entonces son ilegales.