Acaba de arrancar el juicio a la "rama" valenciana de la trama Gürtel en la Audiencia Nacional. Un juicio que busca esclarecer la responsabilidad penal de 20 imputados por diversos delitos. De estos, 5 son ex altos cargos del PPCV, como Vicente Rambla (ex vicepresidente de la Generalitat valenciana),David Serra (ex vicesecretario del PPCV), Cristina Ibáñez (ex gerente del PPCV), Yolanda García (ex diputada de las Cortes de Valencia) y Ricardo Costa (ex Secretario General del PPCV y ex portavoz de las Cortes de Valencia).
En este contexto, hace unos días Francisco Correa declaró sin ambages que el PP de Valencia le pagó en negro y con facturas ficticias por sus servicios profesionales, con el conocimiento de la Dirección Nacional del partido.
A ello se suma la solicitud hecha por Ricardo Costa, el ex secretario general del PPCV, de incorporar, entre otros, el testimonio de M. Rajoy al juicio. De ser aceptada esta petición por parte de los jueces, el Presidente del PP tendría que asistir nuevamente –ya lo hizo en julio de 2017– a la Audiencia Nacional a declarar como testigo.
De este modo, este nuevo juicio sitúa el foco judicial sobre Rajoy en el peor momento, sin presupuestos para 2018 y cayendo en las encuestas.
El sostén de Rajoy en sus peores años al mando del Partido
En 2008 M. Rajoy presentaba la gestión pública de Camps, Barberá, Fabra y Rus, todos ellos vinculados a diferentes casos de corrupción, como parte de sus credenciales para gobernar en España.
El granero de votos que representaba la Comunidad Valenciana, para las aspiraciones del entonces candidato a Presidente de Gobierno, no admitía medias tintas en la exhibición de apoyo a estos dirigentes. No importaba que los meeting masivos y las mayorías absolutas del PP en esa región se consiguieran gracias, como ahora se sabe, a la triangulación de dinero negro entre empresarios, PPCV y el Gobierno Autonómico.
El apoyo prestado por los populares valencianos a M. Rajoy en sus peores años, tanto en su lucha por controlar el partido como en la derrota electoral de 2008, y la de este a los dirigentes imputados, habla de una relación política sellada a fuego. Sólo hay que recordar las declaraciones de amor del Presidente del PP hacia sus amigos Valencianos: "Rita, eres la mejor"; "Yo te quiero Alfonso (Rus), te quiero"; "Yo creo en ti.
Y estaré detrás de ti, delante o al lado (a F. Camps); y "Fabra es un ciudadano y un político ejemplar".
Tirando de crecimiento económico para evitar mencionar palabra alguna sobre los juicios de las tramas Gürtel y Púnica
En un día en que la agenda política ha estado marcada por la corrupción, la comparecencia de Rajoy ha seguido el guion esperado, que es no pronunciar palabra sobre el asunto. Así, el Jefe de Gobierno ha preferido vanagloriarse de las proyecciones de crecimiento económico para el presente año, valorando así positivamente su propia gestión. Una forma de desentenderse de sus problemas, al tiempo que busca, infructuosamente, modificar una pauta noticiosa que incomoda mucho en Moncloa y Génova 13.
¿Cuál es el mensaje entre líneas que nos deja M. Rajoy? Pues que en el PP no habrá ni purga ni regeneración. Y es que, al margen de la verdad jurídica, la corrupción forma parte de su cultura política y de su forma de gobernar. Y esto es lo grave, la normalización de la corrupción. Cuando esto sucede, se difumina el control a los políticos, se pierde la confianza en las instituciones y se tergiversa el mandato popular. Todo lo cual conduce a que la democracia inicie un proceso de obsolescencia.