"Un arma de penetración de Israel en Argentina. El turismo militar israelí en la Patagonia". Así titula el preocupante informe sobre las extrañas y sospechosas actividades de ciudadanos israelíes tanto en la Patagonia argentina, como también se puede presumir del otro lado de la Cordillera de los Andes, en Chile. El Instituto de Política Internacional "LA HORA DE LOS PUEBLOS", entidad argentina, realizó una investigación acerca de este tema que produce inquietud en ambos países desde hace varias décadas. Siempre se habló de ello, pero no más allá de conjeturas sobre supuestas conspiraciones políticas.

El estudio de ambos países

En esta ocasión, un grupo de miembros del organismo político independiente de partidismos, realizó un viaje a esa zona del sur argentino, con el fin de obtener en las propias fuentes, información relacionada con la cuestión en estudio, entrevistando en el propio terreno a distintos testigos y vecinos de distintas ciudades en las provincias de Neuquén, Río Negro, Chubut y Santa Cruz. El resultado final de la investigación fue presentado a principios de este año en el Senado argentino.

El estudio se inicia siguiendo la denuncia que realizara, en los años 60, el ciudadano tunecino Hussein Triki, delegado político de la Liga de los Estados Árabes en Argentina. Sus investigaciones fueron publicadas en el libro titulado “He aquí Palestina-El sionismo desnudo”.

La obra produjo malestar en la Delegación de Asociaciones Israelitas Argentinas (D.A.I.A.) y otras entidades, por lo cual se presionó al gobierno argentino hasta lograr la expulsión del autor y evitar la publicación de su libro. En la siguiente década, el escritor pudo regresar al país y sí dar a conocer su trabajo.

La cuestión quedó en el olvido hasta que en 1983 se hicieron públicos comentarios sobre (soldados israelíes camuflados de) turistas que en grupos reducidos pero regulares, realizaban acampes a lo largo de la cordillera desde la zona de San Martín de los Andes, Provincia de Neuquén hasta El Calafate, en Santa Cruz, en una franja de alrededor de 1600 kilómetros.

Equipos de investigación en varios puntos

Según comentarios de autoridades argentinas, no se trataba de simples campamentos turísticos, sino más bien de equipos de investigación científica y topográfica, diseminados por muchos lugares. Habiendo profundizado en la investigación, y agregando que se hizo pública y notoria la compra de varias estancias en la zona, se llegó a concluir que se trató más bien de una operación organizada por el ejército de Israel, la cual podría tener en no mucho tiempo consecuencias políticas sobre el territorio argentino y chileno.

A partir del año 2000, parecería que la estrategia cambió y se abandonó la modalidad de campamentos, para pasar a alojar a los "turistas" en hoteles de distinta categoría, con la novedad del agregado de mujeres jóvenes que, recientemente, habían finalizado su servicio militar obligatorio y personas de mayor edad, a lo largo de la franja cordillerana. Según mencionan vecinos, muchos se niegan a darles alojamiento, en algunos casos como una especie de boicot en contra de las políticas en Palestina. En otros casos, se niegan debido al mal comportamiento que manifiestan los visitantes.

Por los datos que se pudieron obtener, esta operación está a cargo de Jubad Lubavitch, grupo fundamentalista que, supuestamente se dedica a prácticas religiosas, pero que maneja grandes capitales y ejerce una enorme influencia en la política de su país, en la norteamericana y en la de otros países.

Se menciona que tiene estrecha relación política y económica con otro grupo, denominado Gush Emunin, principal promotor de las medidas de extrema dureza contra los palestinos.

La máxima autoridad del Jubad Lubavitch en Argentina, es Eduardo Elsztain. Empresario titular del Banco Hipotecario (adquisición sospechada de corrupción y por la cual fue denunciado en su momento) y de la Fundación IRSA, que cuenta con gigantes emprendimientos inmobiliarios en las principales ciudades del país y está sospechada de corrupción por aportes en apoyo de las campañas políticas tanto del actual Jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, como del Presidente Macri. Por último, la entidad autora de esta investigación, sostiene que tal grosero plan de acción solo puede llevarse a cabo, a sabiendas de que el gobierno y la prensa argentinas mirarán para otro lado permitiendo su realización.