Se podría entender que al PP en el caso de la imputación de Pedro Antonio Sánchez le van quedando cada vez menos opciones o excusas para mantenerlo en el cargo ante la presión de los otros partidos, pero nada más lejos de la realidad. La ejecutiva de Mariano Rajoy no piensa destituir al presidente murciano y aguantará las críticas de quien sea necesario el tiempo que haga falta. El partido está tan tranquilo con el asunto que ni siquiera ha entrado entre los temas que se han discutido en el primer Comité Ejecutivo Nacional tras el último Congreso del Partido Popular, donde el mismo Presidente del Gobierno ha decidido este lunes que no es un tema de vital importancia para discutir entre los principales dirigentes de la formación en una reunión donde ha faltado el presidente murciano.

Aunque algunos dirigentes del partido han salido de dicha reunión comentando que la imputación por parte del juez Eloy Velasco ¨no ayuda¨ y ¨complica mucho las cosas¨ al cuestionado futuro de Pedro Antonio Sánchez, los líderes regionales presentes en el comité han insistido en que el presidente murciano ya ha estado imputado en otros casos que han acabado en nada.

No se sabe si realmente confían en su inocencia (no es muy probable) o como apuntan diversos diarios digitales ¨sabe demasiado de las formas de trabajar del partido y por ello no lo van a cesar en ningún caso. Sólo aceptarían su dimisión, algo que de momento el implicado no contempla.

La patata caliente la tiene ahora Ciudadanos, donde ya ha amenazado varias veces con apoyar la moción de censura presentada la semana pasada por el Partido Socialista, pero que a su vez ha dilatado la decisión todo lo posible y más a la espera de un movimiento popular para poner a otro presidente en la región y así evitar quedar en evidencia o ponerse en contra a los populares.

Saben que el cuento chino de renombrarse ´partido de centro´ ya no se lo compra nadie, y medirse en unas futuras elecciones a una ´secta política corrupta y sus fieles e incondicionales votantes´ es algo que les podría convertir en el nuevo UPyD. Pero, a su vez, la única baza que aún atrae a una parte del electorado jóven es su imagen de firmeza (o casi) ante la corrupción que se vería seriamente dañada al continuar apoyando a un presidente como el murciano imputado en varios juicios por corrupción.