Como ya va siendo noticia los últimos días, el ya expresidente de la Comunidad de Madrid, Ignacio González, fue arrestado por varios delitos en relación a la empresa autonómica de distribución de aguas, el Canal de Isabel II, y sus desvíos de fondos. Un pinchazo telefónico revela que sí que conocía el primer entramado en el desvío de esos fondos que realizó la empresa en Sudamérica, dejándolo en una posición, si aún cabe, más perjudicial, pues nunca denunció dicho suceso, más bien lo define como "pelotazo". En esas mismas grabaciones se muestran cómo Ignacio González habla de Cristina Cifuentes, su sucesora y actual presidenta de la Comunidad de Madrid, como "la gilipollas esta no tapa nada, mientras que yo tuve que arreglar lo de 2001".
El Secretario de Estado, el número 2 de Interior por la Seguridad, recibió en su domicilio al hermano de Ignacio González, Pablo González, que alega que simplemente fue a saludar. La oposición denuncia esa reunión como "gravísima", ya que entonces González conocía la investigación, cuatro meses antes de que se llevara a cabo. La conversación que revelan algunos medios apuntan a que el actual Secretario de Seguridad dio el chivatazo y advirtió al acusado que fuera "con cuidado".
En medio de la polémica, el Fiscal Moix niega que se opusiera a los registros en la conocida como Operación Lezo, ya que ha sido acusado de relantizar o incluso impedir algunos de los registros programados desde la Fiscalía Anticorrupción.
El exministro Eduardo Zaplana también ha sido investigado dentro de esta operación, junto con otros grandes cargos públicos también juzgados e investigados. El juez Velasco investiga actualmente a 60 personas, entre los imputados: Villar Mir y López Viejo, dando un mazazo a la "época gloriosa" del Partido Popular.
Génova espera que dimita Esperanza Aguirre en el día del lunes y deje su cargo en el hemiciclo del ayuntamiento de Madrid, debido a las terribles acusaciones que se ciernen sobre su persona y sobre los que ella misma eligió como altos cargos del Partido Popular en la Comunidad de Madrid, ahora investigados, antiguamente llamados imputados, y también debido a sus pasadas declaraciones como testigo en la trama Gürtel.
Martínez Maíllo declara que "los que en el pasado traten de condicionar el futuro no tienen cabida en el PP", refiriéndose claramente a que desde Génova no ven con buenos ojos la labor realizada por Aguirre.