Según informa eldiario.es, en los cines de Alemania se estrenará el día 7 abril un documental, “La herencia de Franco: los bebés robados en España”, co-producido entre Soilfilms, la TV pública del land de Baviera y el canal ARTE. “Es uno de los mayores escándalos de la historia moderna europea: durante la dictadura de Franco incontables bebés de los adversarios políticos fueron adoptados por la fuerza”, dice la productora en su anuncio a la Prensa. La sinopsis también es contundente y clara: “Lo que comenzó como una acción de limpieza política, se convirtió en un lucrativo negocio”.

Se centra en la historia de dos españolas que han sufrido esta lacra de la mafia de robo de bebés que hasta que desapareció en la década de 1990, estuvo implicada en el robo, desaparición y entrega a terceras personas de más de 300.000 bebés, cometidos por médicos, enfermeras, notarios, curas y monjas. Empezó cuando la dictadura franquista. Se aplicaba tanto a bebés de gente de izquierdas como de gente incluso de derechas, de la cual hubiera sospechas de haber cometido algún acto indecente, según el punto de vista de la Iglesia, como el adulterio o como cuando una madre tuvo un hijo después de haberse separado de su marido y rehacer su vida con otro hombre.

El personaje más tristemente famoso en este denigrante asunto fue la monja Sor María Valbuena, que murió misteriosamente en 2013 antes de ser juzgada, pero ya tenía encima el desprecio de buena parte de la sociedad española por lo que hizo.

No es citada en el documental, ya que la directora del mismo, Inga Bremer, no pudo hablar con nadie de la Iglesia Católica sobre el tema, y prefirió centrarse en detalles más conocidos por la gente de su país.

Los elegidos para explicar sus tristes casos son Clara Alfonsa y Patricia, a quienes se une el abogado Enrique Vila Torres, que también descubrió que es adoptado y por este mismo asunto.

La primera pudo encontrar a su hija 27 años después de que le dijeran que estaba muerta. La segunda no ha tenido la misma suerte, ya que su padre adoptivo le confesó la verdad poco antes de morir y que pagaron mucho dinero por ella. Aun busca a sus progenitores auténticos. Otra entrevista es a una enfermera del hospital donde pasaron muchos de estos hechos, aunque se la entrevistó sin mostrar la cara.

Confiesa que “Todos los que trabajaban en el hospital sabían lo que allí pasaba”. Bremer dice que fue la de mayor tensión del filme.

El documental no entra en el origen del asunto, como las teorías nazis del Doctor Vallejo Nájera padre, que ya comentamos en este diario hace tiempo en detalle, que incluía no sólo quitarles sus hijos a “rojos” o a gente de otras razas como la judía, sino también a gente que ellos vieran como “indecente”. “Podría haber utilizado mucho material de archivo, de Franco y Hitler, contando todas las implicaciones políticas, pero entonces habría hecho otra película”, dice Bremer.

Por ello, prefirió centrarse más en estas dos historias para ilustrar bien el caso. Tampoco se recuerda cómo el juez Baltasar Garzón fue apartado del caso, ni la implicación de la Iglesia: “Los alemanes no conocen a casi ningún político español, por eso hemos tratado simplemente de dejarlo abierto, y de mostrar, que de alguna forma, son las mismas personas las que siguen mandando y podrían tener relaciones con la mafia del robo de bebés”.