Llevamos casi dos meses confinados en casa. Saliendo de forma esporádica para hacer la compra o, tal vez y con suerte, pasear al perro. Las largas jornadas de trabajo e individualidad personal lejos de la pareja, han dado paso a una cercanía constante, casi asfixiante en algunos casos.

Muchas Parejas, acostumbradas a encontrarse tras el trabajo, con la hora de la cena pisándoles los talones y muchas rencillas disimuladas entre la cotidianidad y las horas fuera de casa, se han visto abocados a pasar 24 horas juntos -y revueltos- en la misma estancia.

El combinado perfecto para el desencuentro, que se agrava teniendo en cuenta la situación de estrés, ansiedad e incertidumbre que genera esta situación y puede hacer que estemos más vulnerables e irritados de lo normal.

“Las parejas están sometidas a una doble o triple situación de estrés debido al confinamiento (…), al estar encerrados en casa es más difícil relativizar las pequeñas cosas que pasan en el día a día. La ‘mochila se va cargando’ y no hay paseos ni salidas para vaciar el equipaje”, ha explicado Cecilia Martín Sánchez, psicóloga especializada en terapia de pareja y directora del Instituto de Psicología Psicode en España, a la BBC. Una situación que sacará a relucir la solidez de la pareja, y “si la dinámica familiar, antes de que llegara esta extraordinaria situación, era buena.

Porque si se arrastran problemas de atrás, se van a acentuar estos días” ha comentado Manuel Oliva, psicólogo clínico en Center Psicología Clínica, en el periódico ABC.

Una realidad que viven actualmente muchas personas y que, en algunos casos, podría desembocar en divorcio una vez acabe el confinamiento. De hecho, no sería extraño que esto sucediera, teniendo en cuenta que el número de divorcios suele aumentar después de las vacaciones de verano.

Y es que, a más tiempo compartido, más espacio para las disputas y los desencuentros.

Aumentan los divorcios en China

Sólo hay que ver las consecuencias que el exceso de tiempo compartido, sin poder salir de casa, ha ocasionado ya en China. El país asiático ha experimentado un aumento muy significativo en el número de divorcios tras poner fin al confinamiento.

De hecho, según el periódico Global Times, en algunos distritos de la ciudad china de Xi'an se ha experimentado un récord sin precedentes en la petición de solicitudes de divorcio.

Unas cifras nada alentadoras teniendo en cuenta que en España se han seguido políticas de aislamiento masivo similares para enfrentar la epidemia del Coronavirus. Por lo que es razonable pensar, que una vez que se termine el confinamiento, podamos sufrir un desenlace similar al de China en cuanto a las relaciones de pareja.

Consecuencias del confinamiento en las parejas españolas

Cada vez parece más próximo el fin del confinamiento en España y podremos observar con mayor nitidez las consecuencias reales de esta situación en las parejas españolas.

Si bien es cierto que, para muchas, este tiempo de pausa se habrá convertido en una oportunidad para reforzar lazos y mejorar la comunicación, para aquellas que ya tuvieran problemas antes del confinamiento, podrá suponer el final definitivo de la relación.

Muchos expertos han ido dando consejos y tips a lo largo de estas semanas, para poder llevar la convivencia de la mejor forma posible. Recomendaciones como compartir las tareas domésticas con la pareja, expresar como nos sentimos y compartir las emociones para reforzar la comunicación. Crear rutinas, reservar espacios y momentos de intimidad con la pareja, así como momentos de soledad para uno mismo, son las claves fundamentales para tratar de frenar la avalancha de divorcios que se prevé, pueda alcanzar a España.

No obstante y, pensándolo desde otra perspectiva, tal vez no sea tan dramático el divorcio tras el confinamiento. Ya que, pasar tanto tiempo juntos, no sólo da la opción de conocerse mejor sino que además saca a la luz problemas de la pareja que, tarde o temprano, previsiblemente hubieran terminado por estallar de todas formas.

Y es que, si pasar mucho tiempo con tu pareja es sinónimo de malestar, broncas y discusiones, desencuentros constantes y encontronazos habituales, en ese caso, igual lo mejor es comenzar caminos separados. Al final, el confinamiento también puede convertirse en un pretexto idóneo para abrir los ojos y enfrentarte a una realidad de la que llevas tiempo rehuyendo.