Muchas personas creerán que es una maravilla eso de que nuestros mayores puedan viajar con el IMSERSO por toda España a precios irrisorios, disfrutar de una jubilación dorada en las zonas cálidas de nuestras costas mientras arrecia el invierno y hasta se imaginarán a sus yayos cantando como escolares eso de “qué buenos son que nos llevan de excursión” con esa mezcla de puerilidad que acompaña a ciertas edades, y es que tras el IMSERSO hay toda una especie de nube celestial que nos impide ver el fondo de un modelo que se va agotando poco a poco, que agoniza, como bien dicen algunos entendidos.
Aunque las competencias del Instituto de Mayores y Servicios Sociales van más allá de los simples viajes concertados, esa es la parte más visible, sin embargo, esta institución nació para ofrecer a los pensionistas menos favorecidos una jubilación digna, saludable, participativa y activa, además de ofrecer planes para la inserción de personas con discapacidad o enfermedades crónicas.
El IMSERSO empezó en 1985
Allá por 1985, cuando el IMSERSO comenzó su andadura, tenía una amplia gama de viajes termales para personas que tuvieran una necesidad de salud, y los viajes turísticos, contemplados como una forma de altruismo del estado para con quienes no habían salido nunca del pueblo, contaba con 16.000 plazas, 16 hoteles y tan solo dos destinos, Benidorm y Palma de Mallorca.
Ancianos del interior de España que jamás habían visto el mar ni mucho menos habían subido en avión podían pasar unos días en los dos lugares turísticos por excelencia del territorio.
Esta imagen idílica, esta especie de vacaciones “pagadas” por papá estado nos parecían como una especie de regalo por toda una vida de trabajo y sacrificio.
Pensionistas que cobraban una miseria de paga y que se habían pasado la vida en un medio rural, cotizando por trabajos agrícolas, eran felices bañándose en las costas, viajando, conociendo a más personas en su misma situación y con una historia muy similar a la suya. A muchos se nos escapaba una tierna sonrisa cuando imaginábamos a la abuela en un hotelazo en Benidorm o al abuelo subiendo las escaleras de acceso a un avión.
Se merecían unas vacaciones de verdad, de las que no habían hecho en su vida.
El IMSERSO ha permitido viajar a muchas personas que antes no hubieran podido
Cuando en 1985 se creó el IMSERSO, los abuelitos viajaban de modo mucho más económico a lugares que antes habían tenido vetados. Muchos de ellos nunca habían visto el mar.
Durante muchos años estos planes de vacaciones subvencionadas por el estado fueron manejados por el mismo IMSERSO, que era quien contrataba los hoteles y los transportes. Todo funcionaba bien. Luego llegaron las privatizaciones y se acabó lo que se daba. Comenzó la era del café para todos.
En el modelo de funcionamiento actual las cifras son deslumbrantes: 900.000 plazas, 300 hoteles, contratos que superan los 1.142 millones, reparidos en tres lotes distintos; costa insular, 39.6 millones, costa peninsular, 52.9 y turismo de interior, 17.5 millones
De todo este dinero, con el IVA excluido, el IMSERSO subvenciona tan solo un 20.39% con lo que el resto, 79.61, debe ser aportado por los beneficiarios, o séase, por los jubilados viajeros.
Cada tres años salen las licitaciones a concurso público y, oh qué cosas, los que se presentan a concurso son las UTES formadas por distintas empresas todas ellas con accionistas en el gobierno, con algún ex político entre sus filas y por supuesto tour operadores que no pueden ni quieren perderse su porción del pastel. Así tenemos, por ejemplo Mundosenior, la UTE formada por Globalia (Abel Matutes) y Avoris, (Barceló viajes y Halcón viajes) y Mundiplan, formada por la UTE de Iberia, IAG7 y Alsa. Normalmente se van intercambiando los destinos y los lotes. Los más jugosos son desde luego aquellos que tienen en sus paquetes vacacionales el transporte en avión.
Las grandes empresas que trabajan con IMSERSO
Teniendo en cuenta que la Caja de Ahorros de Madrid es accionista en un 22.99% de Iberia, que El Corte Inglés posee también un 3.21% de las mismas acciones, y que 400.000 plazas de vuelo con destino a las islas corresponden a Air Europa, podemos hacernos una somera idea de el capital que se mueve en cada campaña.
Este año, aparte de Mundosenior y Mundiplan, Traveltino, perteneciente a la marca Logitravel, también postulaba por uno de los tres lotes y ha sido el gran perjudicado ya que no se le ha concedido ninguno de ellos. Pese a eso, Mundosenior ha recurrido el lote adjudicado a Mundiplan por considerarse perjudicado en la adjudicación y ser excluido en la parte de costas.
Tanto es así que hasta finales de septiembre el Tribunal Administrativo de Recursos Contractuales, no ha resuelto dicho recurso con lo que la fecha para comenzar la campaña comienza algo más tarde que otros años, en la primera quincena de octubre. Para evitar un nuevo recurso y que la campaña de este 2019-20 no fuera desastrosa, Mundosenior trata de llegar a un acuerdo con Mundiplan para repartir las plazas de vuelo esperando que esta ceda un cupo de viajes aunque sea en su propio perjuicio.
Los contratos son millonarios y nadie quiere quedarse sin su parte de la tarta. Una tarta que no paga entera el gobierno, pero sí que asegura que es constante año tras año, con una red clientelar de casi un millón de jubilados moviéndose por todo el país y pagando casi enteros sus viajes a unos precios que creen baratos y que en realidad no lo son.
Los minoristas del sector reciben las migajas del IMSERSO: llegan a la mesa los hoteleros y los agentes de viaje
Los primeros dicen verse afectados no solo por la tiranía de plazos y recursos de las UTES que los tienen en vilo durante los meses en que duran los recursos, sino también en su porción de beneficios y reclaman una subida del porcentaje. Según dice la patronal hotelera, ellos reciben tan solo 21€ por persona y noche cuando el precio medio de una habitación está en 59€. Además, con esos 21 € deben ofrecer una pensión completa a los jubilados, no solo el alojamiento, con lo que la mayoría de hoteles que trabajan en la campaña del IMSERSO están trabajando por debajo del umbral de los beneficios.
Sin embargo, la UGT contradice a la patronal hotelera y les recuerda que la participación de los hoteles es completamente voluntaria, no obligada, como ellos quieren dar a entender. En cuanto a los precios UGT también dice que sus apreciaciones y reclamos son completamente falsos ya que se mueven en un baremo de entre 23 a 42 € por persona y noche, dependiendo de la categoría y de la situación del establecimiento. El incremento obtenido este año por habitación ha sido de un 9.4% con lo cual, están más que cumplidas sus demandas.
Los otros que están metidos en el tema son las agencias de viaje. Sí, todavía existen y sí, algunas de ellas realizan reservas con Mundoplan y Mundosenior para asegurar a los abuelitos sus plazas de descanso.
El funcionamiento de las agencias durante las campañas de viaje del IMSERSO
Las agencias trabajan por una comisión de 12€ por persona pero ¿habéis pasado por delante de una agencia de viajes los dos primeros días de la campaña de viajes del IMSERSO? Las colas de abuelitos pueden dar la vuelta a la manzana. Contratar personal para esos días, si eres una agencia pequeña no te va a salir rentable puesto que se te va a comer la comisión en cuanto necesites a dos personas que te ayuden a introducir datos en las plataformas online y a reservar, atender, solucionar problemas e incidentes que puedan surgir de tres días de locura en la que todos los jubilados quieren lograr plaza en sus destinos favoritos.
Si descontamos el alta en la seguridad social y el sueldo de las personas que necesitas para esos tres días y algunos más, y los gastos habituales de cualquier autónomo, si contamos no ganamos…
Las agencias de viajes además, y esta es la segunda razón por la que cada vez menos agencias de viajes operan con el IMSERSO, cuentan con una clausula en su contrato que las obliga a hacerse cargo del 50% de la responsabilidad frente al usuario, es decir, las agencias están obligadas a compartir el riesgo con los mayoristas. Ellas, por supuesto, no controlan ni crean ni contratan los paquetes vacacionales, pero deben asumir un riesgo a medias con quienes lo hacen y que va mucho más allá de la gestión de las reservas.
Esta especie de norma se deriva de la nueva normativa Europea que convierte a las agencias de viajes en responsables de todo aquello que les pueda suceder a los clientes durante el viaje que hayan contratado. Ojo, a las agencias de viajes, no a los tour operadores ni a las grandes multinacionales ni a las enormes cadenas hoteleras o a las compañías aéreas. Una persona que quiera una sola noche de hotel en el pueblo de al lado ya necesita un pre-contrato, y si además se le adquiere el billete de tren ya asume toda la responsabilidad sobre todo aquello que pueda suceder. Todo del bolsillo de la agencia de viajes. Se les puede reclamar, obvio, pero con demostrar que su tren falló por cuestiones mecánicas o climatológicas, ya no hay forma de recuperar el dinero que tiene que pagar la agencia en el transporte o incluso en la noche de hotel.
Ahora vayamos a mayores y traslademos el problema de esta ley europea a viajes en avión. O mejor, a paquetes vacacionales en Isla Mauricio. Es un bello destino. La agencia de viajes te cierra un paquete vacacional de avión, hotel, traslados, excursiones y pensión completa. Genial. Y lo contrata con una compañía fuerte, esas compañías que dan garantía de solvencia. Bueno, pues cualquier cosa que les ocurra, desde un simple retraso en los vuelos hasta cualquier incidencia, la va a tener que pagar de su bolsillo ese agente de viajes del pueblo, sí, ese de la calle de al lado. Imagina que tienes una familia de diez personas en Orlando, niños, papis, abuelos…. Como un simple avión se retrase y tengan que prolongar su estancia el agente de viajes va a tener que pagar en nuevo vuelo, la pensión completa y el alojamiento de esas diez personas en Estados Unidos.
Y ahora ricemos el rizo. Pongamos que el agente reserva un paquete vacacional completo, con por ejemplo una gran compañía, llamémosla Thomas Cook, y que esta compañía, por cualquier motivo, no haya pagado alguno de los elementos del viaje. No sería la primera vez que a un agente le llama el cliente o el hotel de destino diciendo que, o pagan la estancia o los turistas duermen en la calle porque allí nadie ha pagado nada. Según la legislación europea, son los agentes de viaje con quienes contrataron los servicios quienes deberían repatriar a los turistas que estén en destino, algo inasumible para un pequeño empresario y que sí está realizando el gobierno británico, pero que no hizo el gobierno español cuando en su momento Iberojet y Solplan quebraron, dejando que fueran las agencias de viajes las que tuvieran que cargar con todo. Muchas cerraron tras ello.
Podemos preguntarnos, quizá, porque esta ley europea que el estado español imita en su campaña de IMSERSO, pese a perjudicar tanto al pequeño empresario, es aplicada de forma obligatoria. Simplemente las grandes empresas del sector turístico quieren más. Los hoteles, como hemos visto, también quieren más.
También se pueden reservar por internet los viajes del IMSERSO
Los tour operadores tienen inmensas plataformas online donde poder vender sus viajes y ahorrase las comisiones. Los mismos viajes del IMSERSO pueden reservarse también por internet eliminando así al intermediario.
Los tour operadores tienen inmensas plataformas online con la que vender sus propios servicios.Tanto es así que las plataformas de alquiler de pisos turísticos están pugnando por entrar en el programa del IMSERSO, tal como manifiesta el presidente de la patronal de apartamentos turísticos en la Costa Blanca, Miguel Ángel Soltillos.
No. Los viajes del IMSERSO ya no son lo que eran. Ya no son los viajes bonitos y entrañables que realizaban los yayos. Ahora, con una economía liberal y un sector privatizado casi por completo, de lo que se trata es de ir sacando tajada a unos viajes que, vuelvo a recordarlo, pagan nuestros padres y abuelos en casi un 80% y que ellos, criaturas, creen que son casi regalados.