Hace unos cuatro días volvió a Netflix uno de los mayores éxitos que ha tenido con su segunda temporada, en este caso vamos a hablar de Sex Education y las claves que nos acompañarán durante esta nueva temporada. Por supuesto, no va a contener ningún Spoiler.

Empecemos por el principio

En esta nueva parte de la serie volveremos a acompañar a nuestros personajes favoritos como Otis, Maeve, Eric y demás gente del instituto, además de la madre de Otis, Jeane, que dará su peculiar forma de ver la vida y se involucrará en la de Otis, a niveles prohibitivos para una madre, tal como ya hizo en la primera temporada de la serie.

La serie, ubicada en un pueblecito de Escocia, nos vuelve a relatar las aventuras y desventuras de nuestros protagonistas y su pequeño trabajo de terapeutas sexuales en un instituto en el cual nos encontraremos varios casos que como mínimo nos sorprenderán a la par que intentarán quitar ciertos estigmas y clichés a unos adolescentes, y ciertos adultos, que no tienen muy claro el tema de la sexualidad y cómo vivirla de la manera más sana y eficaz.

La serie sigue siendo una comedia con toques de drama

Y es que a la par que avanzan los capítulos podremos vivir momentos hilarantes, aunque también hay momentos para ponerse serios, ya que debemos recordar que no todo en esta vida es fiesta, jolgorio y risas, pues también viviremos, de manera bastante efectiva, la vida personal de cada uno de los diferentes personajes que conforman este ecléctico grupo, además de bastantes secundarios que nos tocarán la fibra sensible y una carga dramática en muchos momentos que nos harán amar aún más a los personajes que ya conocíamos.

También encontramos a nuevos personajes que se unen al plantel

Además de los principales y demás gente que encontrábamos en la primera temporada, también se unirán personajes como Ola, cuyo protagonismo en la temporada pasada quedó relegado a los últimos capítulos e hija de Jakob, al que ya conocíamos sobradamente. Rahim, un nuevo llegado al pueblo y sobrino del tendero del mismo, al que pudimos ver por el trabajo de Ola, y el grupo de los Cerebrines, que serán los estudiantes más inteligentes del instituto y con los que varios de los protagonistas se verán envueltos.

La estética de la serie sigue igual

La atmósfera “buenrollista” de la serie se mantiene, con una fotografía excepcional para el tipo de producción que es, unos planos más que acertados y unas localizaciones que ya nos gustaría a nosotros poder vivir allí, el vestuario de los chicos sigue siendo más bien particular, combinando prendas actuales con unas más estilo de los años 80, pero todo ello combinado con más escenas nocturnas y planos más oscuros.

En resumen, tanto si tienes Netflix como si no, deberías darle una oportunidad a esta serie y, en concreto, a esta segunda temporada puesto que nos ofrece más y mejor.