¿Cómo se llega a vender braguitas usadas? ¿Es realmente desesperación? ¿Es la última opción? Existe todo un universo de perversión tras la ventana de muchas aplicaciones y webs de venta de ropa interior usada. La perversion no es más que darle rienda suelta a nuestras fantasías. Tras el anonimato, es más fácil pedir lo que a uno se le antoje, como se antoje y cuando se antoje.
Al estar estigmatizados de manera negativa, se suele pensar que estos individuos demandantes de este tipo de "contenido", no son válidos, pensamos que embrutecen y le dan un tono criminal al acto de navegar por la red.
Que debería de ser siempre segura y adaptada al lector.
¡Nada más lejos de la realidad!
La gran parte de mujeres que dedican su tiempo a vender sus braguitas y logran convertirlo en jornada laboral, saben que pueden adoptar estrategias de venta como en otros muchos negocios. Incluso muchas crean su propio horario. Existen clientes fieles que acuden cada mañana a la panadería, o cada mes a la peluquería, o que cada año se compran el último modelo de móvil.
En este negocio ocurre algo parecido. Son muchos los hombres enganchados a un olor, a una fantasía creada por la vendedora. Los pedidos de braguitas usadas; tangas, bodys, sujetadores, bikinis, se acompañan de material audiovisual, que se le envía al cliente para que se forme su fantasía personalizada.
La vendedora enseñará mediante el envío de fotos o vídeos de su lencería por el chat por el que se haya establecido hablar con el cliente, la prenda usada ese día. Todo es parte de la fantasía. Ellos suelen llevar la cuenta y suelen ser muy, muy metódicos con ella.
Las reglas del juego
El precio por braguita ronda entorno a los 25 euros y puede llegar hasta los 200 euros.
Eso lo marca la vendedora. Ellos preguntan, pujan, regatean. Hay quien prefiere hacer pedidos mensuales o escoge las braguitas que han de llevarse cada día y se convierte en un juego interactivo. Interesante.
Está aquel joven con el que a través del intercambio de un par de palabras, se consigue quedar con él y en no más de 10 minutos, se ha cerrado la venta.
Muchos de los clientes de la red sorprenden por sus edades. Mucho más jóvenes de lo que podría parecer en un primer momento.
La entrega puede ser tanto en mano, quedando en un lugar exterior y abundante de gente, o por correo ordinario que es más seguro. El pago suele ser transferencia, en mano o con un sobre cerrado. Este último es el menos común.
En la ventas en mano, es recomendable escoger un lugar exterior donde abunde la gente es primordial. El centro de una ciudad, por ejemplo. Es mejor negarse tajantemente a encerrarse en cualquier tipo de habitáculo con el cliente, por mucho que este le ofrezca dinero. A la vez, el cara a cara, se convierte en el método más efectivo de pago.
Inconvenientes y ventajas
No hay que fiarse jamás de pagos precoces, de transferencias enormes, ya que muchas de estas transferencias no llegan nunca. Hay mucha gente que se dedica a recrearse, únicamente, en las fotos, teniéndolo todo muy, muy bien estudiado. El cliente suele tener un perfil controlador, minucioso, meticuloso. Hay que vender sangre, sudor y otras muchas cosas. Es la propia persona la que está expuesta y eso hay que tenerlo en cuenta. Es un fenómeno que está cada vez más en auge y el anonimato permite desentenderse de los complejos.
Entre las ventajas está la inclusión en el mundo afectivo donde encontrarnos individuos discapacitados, o personas con problemas mentales que impiden un acercamiento corriente en un contexto de pareja. Además, todo el tema web y aplicativo, facilita la inmediatez y acorta cada vez más el tiempo y los medios de envío de mensajería.