El emprendimiento es una acción intrínseca que surge de plantear o proyectar ideas para activar el circuito económico de un país. Emprender supone riesgo, conocimientos, disciplina, motivación, paciencia, resiliencia y un gran convencimiento de tener éxito.

Se debe propiciar el emprendimiento en todas las instancias educativas, ya que esto permite fomentar la cultura de tomar acciones permanentes para emprender.

Limitaciones para emprender

La mayor desventaja para emprender es la falta de una formación en materias que fomenten o promuevan la cultura emprendedora en nuestros estudios previos a la universidad.

Siempre se ha tenido la visión de graduarse y de ubicarnos en una empresa, pero no de tener una iniciativa de emprendimiento, desarrollar un proyecto, generar un circuito económico en nuestra comunidad y crear plazas de trabajo.

Toda esta problemática se debe en gran parte a la falta de una verdadera asesoría o coaching en materias y contenidos que promuevan el emprendimiento. Esto incide en limitar nuestras capacidades por falta de conocimiento y orientación. Prácticamente tenemos cercenados nuestros derechos de emprender, por no existir una ley que unifique todas las lecciones de las universidades y den la materia de emprendimiento de manera obligatoria.

La enseñanza en la universidad debe ser clave

Para promover la cultura emprendedora en las aulas de clase, debemos tener universidades que gestionen y activen el emprendimiento. Esto se logra creando cátedras que propicien el potencial de cada estudiante para emprender. Debe haber una metodología que oriente un simulador de plan de negocios virtual, para articular y desarrollar casos de formación de empresas.

Se debería utilizar inteligencia artificial Watson para evaluar de forma predictiva y cómo sería el comportamiento financiero de una determinada empresa a futuro. Gestionar igualmente eventos, foros, talleres, mesas técnicas de trabajos, coloquios, charlas, ensayos, sobre temáticas y procesos que promuevan el emprendimiento.

Además habría que propiciar concursos y actividades donde se premien y se le den méritos a los mejores emprendimientos de aula de clases. Una forma es que la banca privada conjuntamente con la universidad financien las mejores iniciativas de proyectos, tomando en consideración un jurado calificador que evalúe originalidad, beneficio a la comunidad, generación de empleo, rentabilidad financiera, utilización de insumos nacionales, aportación de impuestos, protección al medio ambiente. Deben crearse facultades que tengan como carreras licenciaturas en emprendimiento, inclusive postgrados y doctorados.

Es importante puntualizar que la actividad de campo es fundamental. Las universidades deben considerar el contacto con las comunidades, que el estudiante palpe o visualice cuáles son las verdaderas necesidades a satisfacer, bien sea de producción de bienes o prestación de servicios.

Un ejemplo puede ser la creación de una empresa que, oriente asesorías financieras y contables a la comunidad, pero con estrategias didácticas. Con esta metodología se logra cubrir un emprendimiento de apoyar a las personas que requieren una asesoría en temas empresariales, pero utilizando la enseñanza.