La máquina eurovisiva sigue imparable con su marcha hacia el próximo sábado 18 de mayo, cuando, por fin, se descubrirá quién se llevará el tan ansiado micrófono de cristal, sucediéndose a Netta Barzilai, que, en Lisboa, consiguió la victoria por Israel, después de 20 años de su último triunfo, con la canción "Toy". Hoy han ensayado, por segunda vez, 15 de los 17 países que componen la primera semifinal del certamen, que tendrá lugar el próximo martes catorce de mayo en el Centro de Exposiciones de Tel Aviv.

Polonia deslumbra en la primera parte de ensayos

La cantante Tamta, de Chipre, disipó cualquier duda sobre sus habilidades vocales con 'Replay', tras fallar en el primer ensayo, dejando boquiabierta a la mayoría de los periodistas presentes en la press center. Las mejoras del sonido han sido impresionantes; también se han podido ver unos progresos bajo el punto de vista escénico con planos cortos y rápidos, dando más ritmo a la actuación. Finalista y posible sorpresa.

El conjunto D Moll, de Montenegro, ha sonado vocalmente mucho mejor en esta segunda ronda de ensayo con 'Heaven'. Lamentablemente esa ha sido la única buena noticia: la puesta en escena ha sido catastrófica y ha habido más de un fallo técnico.

Más que un "heaven", un "hell".

Sebastian Rejman, por Finlandia, domina el escenario y es uno de los pocos artistas que este año hace uso de las pasarelas; con un comienzo titubeante, el cantante ha sabido recuperarse en el transcurso de la actuación. También han habido unos problemas de sonido que ha hecho que la ejecución de los representantes del país escandinavo no haya sido de las más memorables.

Mejor mirar hacia otro lado.

Sin embargo, de un primer ensayo decepcionante, las chicas de Polonia, Tulia, han sido la verdadera sorpresa de esta primera parte, deleitándonos con su unión de voz en 'Fire of love' que seguro que llevará al espectador a una dimensión más mística, casi de trance, y a ellas a la final.

Tras la magnífica actuación polaca, llega la actuación del dúo proveniente de la antigua república yugoslava, Eslovenia.

Bajo el punto escénico, no ha habido ningún cambio, sigue siendo una performance bastante estática y simplona.

Un fallo técnico ha abierto la segunda parte

Lamentablemente no se puede hablar sobre la actuación del joven cantante checo, puesto que habido un fallo técnico en la sala de prensa y, por lo tanto, no ha sido retransmitido. Este año, por desgracia, la organización no está siendo una de las mejores, haciendo que la gente eche de menos a la de Lisboa.

Por su parte, la actuación de Hungría se confirma, tras sus buenos ensayos, excelente. La puesta en escena es sencilla, pero efectiva; musicalmente hablando, el tema, cantado en húngaro, tiene algo mágico que atrapa al público desde las primeras notas, gracias también a la voz de Joci que en, algunos momentos, recuerda a la de un almohecín que convoca a la oración a los feligreses.

En este segundo ensayo, la joven cantante de Bielorrusia estuvo más suelta bailando y se le veía disfrutar en el escenario. También ha habido algunas mejoras visuales, como el rosado del fondo de pantalla, dando un toque más juvenil a la puesta en escena y puede ser posible finalista.

Además, la actuación de la artista Nevena Božović de Serbia, ha sido una de las mejores de esta quinta jornada, a pesar de que ha tenido problemas de audio. La puesta en escena es suprema, donde se ve a Nevena tomar el control del remolino que simboliza las fuerzas malignas. La pasión que echa cantando ha hecho que a más de uno se le ha puesto los pelos de punta y la convierte en una de las reinas de esta edición de Eurovisión.

Igual que Bielorrusia, Bélgica se ha registrado una cierta mejora en estos segundos ensayos con un Eliot mucho más suelto. Los cambios en la puesta en escena han sido efectivos y ahora todo cobra sentido en el desarrollo de la historia. Si sigue así, tiene toda las papeletas para llegar a la final.

En cuanto a Georgia, como dijo el rey Salomón: "nada nuevo bajo el sol". La apuesta georgiana sigue siendo un despropósito que no se solucionan con unos pequeños cambios, el problema está en la canción que no tiene ni pies ni cabeza y necesitará de un milagro para entra en la final.

Australia muestra una actuación estratosférica con Kate Miller

Si el primer ensayo ha sido estratosférico, el de hoy llevó más allá de la atmósfera.

La actuación ha sido perfecta, Kate Miller ha creado una perfecta cohesión con sus coristas y ahora las voces suenan más amalgamadas. Los pequeños cambios visuales dan un toque aún más refinado a la candidatura australiana, pudiendo ser una posible ganadora.

Tras la elegante puesta en escena de Australia, toca a Islandia a crear confusión con su propuesta de lo más rompedora, traendo a Tel Aviv la banda punk de los Hatari que, poco a poco, está ganando seguidores. Vocalmente han mejorado, con respecto al primer ensayo, pero todavía, no están a la altura de los demás candidatos. En cambio, la pirotecnia final añade dramatismo a la pieza y que puedan ganarse una plaza en la final.

El primer ensayo de Estonia ha estado plagado de problemas técnicos, igual que hoy, donde, a causa de estos fallos no ha podido ensayar tres veces.

Hay que esperar a que estos errores se puedan resolver en el ensayo general de lunes, porque, si no, será muy difícil conseguir un pase para la final.

Finalmente, Portugal ha sido el encargado de cerrar los ensayos de esta quinta jornada: se han arreglado algunas imperfecciones por lo que conciernen las luces y los planos y el sonido ha sido mucho mejor, pero a veces esas mejorías pueden parecer incongruentes. El problema es Conan que falta de empatía y es una incógnita para la final.