Se estrenó la nueva serie de Antena 3 “45 Revoluciones”. Producida por Bambú, la misma de un gran éxito de la cadena, “Velvet”, y otras Series como “Tiempos de guerra” (también en Antena 3), “Las chicas del cable” (Netflix) o “Seis hermanas” (TVE), muestra sus habituales tics inconfundibles, en el buen y el mal sentido.
La trama empieza en 1962, con un joven cantante amateur, Roberto Aguirre (Carlos Cuevas, “Merlí”), que se cuela en una actuación de Los Pekenikes y canta una canción en inglés.
Al ser echado a la calle, se encuentra con una manifestación antifranquista, duramente reprimida por la Policía (los “grises”), y él acaba en prisión.
Antes, se encuentra con un promotor musical, Guillermo Rojas (Iván Marcos), que ve en él un gran cantante. Y en el local estaba una chica, Maribel Campoy (Guiomar Puerta), recepcionista de la discográfica Golden Records, que se convertirá en la ayudante del promotor.
Todos los actores hablan a mil por hora
Estética de la década de 1960, montaje veloz y con una cualidad especial: los actores hablan a toda velocidad, como si involuntariamente hicieran honor al título de la serie, “45 Revoluciones”, velocidad habitual de los discos de vinilo de la época, ya que entonces se podía elegir en los tocadiscos la velocidad, fuese lenta, normal o rápida.
Presentación de personajes, como todos los “capítulo primero”, y se centra en los tres protagonistas, prescindiendo de la cansina tendencia a las subtramas de secundarios simpáticos para alargar las tramas, como se hace en los capítulos de 70 minutos. Aquí, trata de durar poco más de 50 minutos, como antes se hacía.
Se encontraron muchas libertades históricas y estéticas
Lo mejor, fotografía, montaje y la estética de la época. Y criticar el franquismo, algo que nunca se hacía en “Velvet”. Pero, como bien nos recordaban los espectadores en las RRSS, se encontraron muchas libertades históricas y estéticas, como la minifalda de Maribel en 1962 (que no la inventó Mary Quant hasta 1964), la melena de Carlos Cuevas, muy años ’70, y que él mismo cantara canciones que no eran de la época, sino de casi medio siglo más adelante (The Killers o Lady Gaga), aunque las cantaba con arreglos de los años ‘60.
Luego, el ritmo ya aludido de diálogos dichos muy deprisa quitaba fuerza a lo que se contaba. En Internet, alguien decía: “Quiero que una serie me emocione, no que me estrese”. Esto era de tal magnitud que incluso Joan Pera (que tiene un papel secundario como Don Alfredo, el dueño de Golden Records), que cuando dobla a Woody Allen tiene una dicción impecable, aquí parecía incómodo.
Historias personales de interés desigual
Otro detalle que la serie ha de cuidar en nuevos capítulos es el interés desigual de las historias: engancha más el drama personal de los protagonistas, pues cuando llegamos a los directivos de Golden Records, con su obsesión para sacar discos rentables o su lista de cantantes de la época, no nos interesa tanto.
Y luego están los padres de Maribel: su novio Diego le da un anillo de compromiso, y la madre de ella, obsesionada con casarla con él lo antes posible, ya que es hijo de banquero. Aparte de poco gancho, los diálogos de la madre parecen sacados de una radionovela antigua, y el novio resulta patético, con sus rabietas infantiles por que Maribel se interesa más por su trabajo que por él.
Por último, Guillermo y Maribel, por lo visto en el capítulo, tienen más gancho que Roberto. O que Carlos Cuevas está desaprovechado, funcionaba más en “Merlí” que verlo convertido en galán joven, como en “Cuéntame”.
Dejamos aparte la ex de Guillermo y la misteriosa mujer que se encuentra con Roberto, que quizá darán mucho jugo en nuevos capítulos.
Pero todo junto parece un “Velvet” para gente joven, donde los jóvenes saldrán más que nadie, como si fuera un “Sensación de vivir” sesentero.
Pero lo más sorprendente ha sido la inesperada baja audiencia del primer capítulo, apenas un 10 %, de las peores en un estreno de series en prime time. Quizás la competencia durísima de “Got Talent” (22 %) y la otra serie televisiva del lunes, “Hospital Valle Norte”, que emitió su último capítulo con un igualmente pobre 9 %, le restaron público, aunque se acusa a Antena 3 de haberla promocionado poco.