Desde hace semanas, la prensa francesa alerta de toda clase de ataques a franceses que son judíos, profesan la religión judía o tienen sangre judía. Hace un año, tuvo lugar el asesinato de una anciana judía en su casa, y Francia se ha escandalizado al escuchar insultos de parte de los Chalecos Amarillos a un filósofo de esta raza: Alain Finkielkraut. Y lo más curioso es que él les apoyaba, en cierta medida.

Ello pasó el sábado, durante el “Acto XIV” de los Chalecos Amarillos, su manifestación semanal a lo largo del país.

Si ya hizo mucho daño a este Movimiento la actitud violenta y salvaje de un ex boxeador, el cual ha sido condenado a prisión, lo de Finkielkraut ha traspasado una línea roja que Francia siempre cuida de no traspasar: el odio racial, no por que tal persona sea mala, sino por su raza.

Algo que el país ya sufrió durante la Francia de Vichy, Régimen títere de la Alemania nazi, que mandó a las cámaras de gas a miles de judíos franceses.

Duro editorial de Le Monde

A tal grado ha llegado esto que Le Monde, hoy mismo, titula su editorial: “Chalecos Amarillos: de la ira al odio”. Recuerda cómo AF les apoyó “de manera sorprendente”, y denuncia que la ira [de los CA contra el Sistema] ha dado vía libre al odio. Odio banalizado contra los Diputados, empezando por el Presidente de la República, contra las élites o quienes lo parezcan, contra los ricos, contra los medios de comunicación, y además contra los judíos, eternos chivos expiatorios en tiempos de crisis y conspiracionismo desbordado”.

Los insultos que él recibió, como destaca dicho editorial, fueron tales como Lárgate, sionista de mierda”, “Eres un ser odioso y vas a morir”, “El Pueblo te va a castigar” o “Vete a tu casa en Israel”.

Finkielkraut ha recibido la solidaridad de toda la clase política francesa, incluída la ultraderechista Marine Le Pen, cuyo padre jamás se habría solidarizado con los judíos, a quienes siempre llamó “la anti-Francia” y banalizó el Holocausto.

Y algunos líderes de los Chalecos Amarillos, viendo que esto puede hacerles perder apoyos en la sociedad francesa, han salido a condenar estos insultos y ataques.

Sus detractores le acusan de apoyar a Polanski

Los detractores de Finkielkraut han justificado los ataques contra él, y como se ha visto en Twitter, algunos han dicho que sólo se le ataca por que es, junto con el también filósofo Bernard-Henry Lévy, un ferviente defensor del cineasta Roman Polanski, también judío francés, al cual el segundo defendió en un Manifiesto que difundió hace años en Cannes, el cual obtuvo la firma y apoyo incondicional de judíos como Woody Allen, pero no de otro judío, Michael Douglas (apellido auténtico: Danielovitch).

Finkielkraut y Lévy denunciaban que Polanski es perseguido simplemente por ser judío, no por ser un violador. Y sus detractores les han atacado por ello.

Pero en Francia han aparecido muchas pintadas pronazis con abundancia, entre ellas una en París, con la cruz gamada nazi y la frase “Mein Führer”, tratamiento que se daba a su líder, Adolf Hitler. Todo ello difundido y denunciado en todos los periódicos franceses, desde Le Monde y Libération a Le Parisien y los semanarios de prestigio, como Le Nouvel Observateur.

Desde hace años, se escucha a judíos franceses decir que ya no pueden más y que piensan abandonar el país e irse a Israel, desde donde les animan y apoyan para que se vayan allí. Pero la mayoría de judíos franceses quieren seguir en su país, desde vy a Nicolas Sarkozy (que tiene parte de sangre judía), y lucharán contra quienes les ataquen o banalicen el Holocausto.

Además, mañana partes podría haber una manifestación contra el antisemitismo a lo largo del país, al cual asistirán todos los partidos políticos.

Y mientras tanto, Polonia se queja contra Israel, por que su nuevo Ministro de Asuntos Exteriores condena la deriva del Gobierno polaco negando que hubiera polacos implicados en el Holocausto, y este sale calificando de “racistas” a los judíos.