La historia se repite una vez más. Otra persona, Sandra Gómez, es atacada por perros potencialmente peligrosos, esto por sí mismo debería cerrar un debate que continúa abierto desde hace ya demasiados años y víctimas, pero seguiremos encontrando los argumentos clásicos. No es el perro el culpable, es el dueño irresponsable que no presta la debida atención a sus canes. Y esto en gran medida es verdad ya que un animal no puede diferenciar entre bien y mal, no es un sujeto moral.

Pero tan cierto es esto como el hecho de que si un dueño irresponsable no tuviese acceso a un animal que es un arma cargada no existiría peligro alguno.

Por muy descuidado que sea el dueño de un caniche lo peor que puede suceder es ser mordido en el tobillo y soportar una larga serie de ladridos chirriantes mientras te persigue por la acera.

Esto suscita una serie de preguntas. ¿Qué hace preferible a un pitbull sobre un caniche? ¿Está la estética o el miedo detrás de la elección del "canis lupus" que te ha de acompañar durante unos años?

Solo aquel que tiene miedo necesita un arma

La tenencia de perros eufemísticamente llamados: "potencialmente peligrosos" responde a un criterio de aceptación contextual más que a una necesidad de defensa. Es la moda y en palabras de Ortega y Gasset : "La masa tiende a homogeneizarse por lo más básico". De modo que aceptan de manera acrítica que estas razas son mejor compañía que otras de la misma especie más manejables y menos peligrosas, amén de más baratas.

Dar de comer todos los días a un perro de veinte o treinta kilos, cuando no son sesenta, no sale nada económico. Paralelamente educar a un animal que es más fuerte que uno mismo puede ser un reto interesante pero no da la impresión de ser práctico.

Cuando se saca a pasear al can se hace para que los que te rodean sepan que posees ese animal.

Enseña el arma porque en el fondo está el miedo a ser agredido. La sociedad moldea a los individuos a través del instrumento más poderoso que existe para domesticar a un ser humano que es tenerlo permanentemente asustado. Y la tenencia de perros "fuertes" no son más que la plasmación de este hecho. Dan apariencia de seguridad.

Este tipo de canes debería estar reservado a profesionales

Las razas de perros fuertes deberían formar parte de los instrumentos de las patrullas de rescate, las de seguridad ciudadana y el ejército. Pero en ningún caso como artículos estéticos. Son Animales de trabajo y así han de ser tratados. Así como el público en general no tiene acceso a las armas de fuego, tampoco debería ser posible con armas vivas como estos cánidos que han sido creados para trabajos determinados como son la lucha y defensa.

No son necesarios y no parece haber una razón más allá de la mera estética para poseerlos. De esta manera se evitarían desgracias, ataques y dramas varios que acontecen prácticamente a diario en el mundo.