Pablo Casado venció el pasado sábado en las primarias del PP para la presidencia del partido. Tras contar los votos de los 3000 compromisarios del partido reunidos en un hotel de Madrid, el joven palentino, diputado nacional por Ávila, venció a la expresidenta Soraya Sáenz de Santamaría al conseguir el 57,2% de los sufragios.

La victoria de Pablo Casado no sólo supone, como afirman muchos analistas políticos, el rearme ideológico del partido hacia la derecha, sino también, y precisamente como resultado de ello, el inicio de una "guerra electoral" vertebrada en torno a las figuras de los dos líderes de los principales partidos conservadores de España: PP y Ciudadanos.

Casado quiere reforzar al PP por la derecha

Ya durante la campaña electoral de las primarias, Pablo Casado había anunciado que su objetivo era recuperar los más de 3.000.000 de votos que el PP había perdido. Esos electores, defiende el nuevo presidente del partido, se habían desengañado debido a los constantes escándalos de corrupción que sacudían el partido, y que había optado por otras opciones, principalmente Ciudadanos y Vox, el partido de derecha liderado por Santiago Abascal, ex diputado del PP vasco, que aspiraría a obtener representación parlamentaria si hoy se celebrasen elecciones generales, según anuncian algunas encuestas.

Sin embargo, el principal "bocado electoral" al PP se lo ha dado Ciudadanos.

No sólo hay que recurrir a las encuestas para percatarse de ello. Sólo hay que recordar las pasadas elecciones autonómicas catalanas del 21 - D para observar cómo el partido de Albert Rivera canalizaba casi todo el voto conservador catalán, hasta auparle a una victoria pírrica que no le bastó para poder formar gobierno a Inés Arrimadas, mientras el PP catalán quedaba relegado a la irrelevancia política en dicha comunidad.

Casado puede descolocar a Ciudadanos en la lucha electoral

La elección de Pablo Casado podría frenar esta deriva. De hecho, de nuevo para muchos analistas políticos de renombre, es el "anti - Rivera" perfecto. Ambos tienen casi la misma edad, su parecido físico es similar, y algunas de sus ideas también se asemejan en varios temas, como por ejemplo en el caso del "procés" catalán.

También ambos han presentado propuestas para reducir a la mínima expresión la representación de los partidos nacionalistas e independentistas, con una nueva ley electoral.

El giro conservador que supone Casado, pues, puede vaciar el discurso ideológico que Ciudadanos ha mantenido en los últimos meses y obligar a Albert Rivera a reubicarse. De momento entre las filas del partido naranja se pide que no se compare a los líderes de ambos partido, y que asimismo no se encasille a Ciudadanos dentro del mismo nicho electoral del PP.

Hay que recordar que Albert Rivera ha mantenido en los últimos meses que su formación política sigue una ideología liberal progresista, distanciada del conservadurismo que siempre ha representado el PP.

Sin embargo, su electorado sí coincide, si analizamos los resultados electorales, y por ello se ha abierto un escenario de "disputa electoral" en el cual se ha decidir quién será el partido capaz de aglutinar el voto de centro derecha en las próximas legislaturas.