Tras el paso de más de dos meses de muertes, de represión, de crímenes abominables en contra de la población Nicaragüense por parte del gobierno de Daniel Ortega, sale a cuestión una serie de ideas con respecto a la pérdida de la moral que se registra en la sociedad nicaragüense. Una pérdida de moral que se encuentra ligada al odio más extremo y al aprovechamiento de asesinatos bárbaros de inocentes en pro de realizar campañas mediáticas.

En la realización de este artículo he de centrarme, principalmente, en tres aspectos que reflejan una decadencia ética y moral en la sociedad nicaragüense.

Estos puntos son, en resumen: morbo y apatía por parte de la población, manipulación mediática y el cinismo por parte de los aliados al gobierno.

Morbo y apatía

Con respecto a este primer punto, el principal problema que demuestra una decadencia en la moral colectiva, es el morbo con el cual se han tomado las noticias de homicidios, torturas y de diversas violaciones de derechos humanos. Es fácil encontrar por medio de la red la circulación de videos en donde un estudiante es asesinado a sangre fría, una madre llora desconsoladamente frente al cadáver de su hijo o, en un caso que ha impacto a toda la población, la incineración de toda una familia.

Ahora bien, el argumento con el cual se me puede refutar que la circulación de las fotos y videos de este tipo son necesarias, es que, ayudan a que más personas sean conscientes de la situación que vive nuestro país, y que a la hora de una denuncia ese tipo de prueba es extremadamente necesaria.

Estos argumentos son, sencillamente, falaces.

El error que se puede percibir en la primera afirmación, es que el modo en la cual esta información es transmitida de un ciudadano es morbosa en toda su expresión, en donde la violencia es extremadamente gráfica y ni siquiera se respeta la memoria de la persona que ha sido agredida ni de la familia de la misma al ni siquiera tapar el rostro sin vida o mutilado de este.

La transmisión de la información es extremadamente importante, pero el medio en el cual se está haciendo es moralmente incorrecto. Y con respecto a la segunda afirmación, para no desenvolverme mucho puesto que aún faltan dos temas más por abordar, solo he de decir que las pruebas de los homicidios y violaciones a los derechos humanos deben de guardarse para ser entregadas a las autoridades correspondientes, sin embargo, la continua reproducción de las mismas solo viola la integridad del afectado y, ciertamente, incrementa el dolor de la familia doliente.

Manipulación mediática

Con respecto a la manipulación mediática, esta ha sido una reacción producto de la censura que instauró en los medios de comunicación el régimen orteguista en los inicios de la crisis sociopolítica. La manipulación, en un principio, fue presentada únicamente por los medios oficialistas del país, en donde a los universitarios se les tildaba de ser delincuentes y se les adjudicaban crímenes que, o no existían, o ellos no tuvieron participación alguna en la realización de los mismos.

Ante estas acciones injustas, los medios independientes también comenzaron a ejercer una manipulación a diversos hechos, ya sea utilizando falacias o utilizando hipérboles en los mismos. Además, esto mismo se correlaciona con el punto anterior, pues los medios independientes han creado en más de una ocasión, una euforia colectiva y han incentivado la creación de morbo, así como a la indiferencia y poco respeto al duelo de las distintas familias afectadas.

Cinismo de personas afines al gobierno

De los tres temas a tocar, este es ciertamente, el más grave y el que más ha perturbado la moral una sociedad que ya siente las afectaciones del conflicto sociopolítico.

Con respecto al cinismo por parte de estas personas, creo que los ejemplos están más que claros y sobran para dar a conocer. Podría comenzar narrando las mentiras proclamadas por los medios oficialistas del gobierno, en donde niegan que han reprimido, niegan que han causado muertes o que han violentado la dignidad humana; las turbas y grupos paramilitares matan e interrumpen en las honras fúnebres con tal de causar más terror y luego culpar a otros; el sistema judicial en donde se están sentenciando a jóvenes que la población ha defendido fervientemente su inocencia; o el caso más reciente de cinismo puro por parte del Canciller Moncada, en donde, frente a los diversos representantes de la Organización de los estados americanos ha rechazado completamente el informe de la CIDH, tildandolo de ambiguo y de estar sesgado.

He expuesto brevemente estas situaciones porque considero son obstáculos para una verdadera democratización de Nicaragua, puesto que dividen y segmentan los ideales de los nicaragüenses que buscan la paz y la libertad para todos. Si de verdad queremos un estado de derecho y completamente renovado, esas acciones amorales deben de ser eliminadas, puesto que en un futuro lejano o cercano terminará afectando la lucha digna de los nicaragüenses y la memoria de quienes han muerto por una verdadera libertad.

Y como una nota aclaratoria, he de decir que lamento ser extremadamente breve, ciertamente me habría encantado tratar sub-problemáticas que se derivan de lo que estaba exponiendo, por desgracia, la falta de espacio me limita la exposición completa de cada uno de los temas a tratar. Por este motivo, los tres temas en este artículo solo son introductorios.