Buscar en la web cualquier noticia, ya sea de moda, espectáculos, viajes, entre otros, se ha convertido en el pan de cada día de personas a nivel mundial. Es más fácil ver como el gentilicio tiene como prioridad estar pendiente del outfit de las kardashian o cómo los artistas solo duran un mes con sus parejas.

¿Qué se observan en los medios de comunicación?

Hoy la tendencia de los youtubers es mostrar a través de sus redes lo que comen, los viajes que realizan, las nuevas vestimentas que usan y el derroche de tiempo “se jactan de la calidad de vida”.

Para esto no importa la nacionalidad o la orientación sexual; puesto que la onda es ver a un hombre usar indumentarias en la cabeza para llamar la atención de un público especifico. Es más fácil hablar soeces y palabras vulgares para ganar likes que hablar de bondades y de buenas costumbres “así está enmarcada la sociedad

A veces creo que son personas vacías con necesidad de mostrarle al mundo lo que han podido lograr, al fin, no vengo a criticar, porque cada quien tiene derecho hacer con sus vidas lo que más les place y mostrar sus galardones.

Venezuela es un país que va hacia atrás

En este momento vengo a hablar de un país en ruinas, que ha sido despedazado poco a poco por unos cuantos gobernantes que han decidido ser los protagonistas de una historia que ha logrado crear cicatrices imborrables a miles de venezolanos, de aquellos que no escogieron nacer, ni vivir en un lugar en decadencias.

Hoy solo son antagonistas de un régimen que consume, que acribilla y actúa detrás de telones como si nada ocurriese.

Sé que son muchos los venezolanos que tienen ganas de tomarse una foto para mostrar la alegría de tener un plato lleno de comida en sus mesas; pero también sé que son muchos los otros venezolanos que no se pueden dar este gusto, no porque sean flojos, poco trabajadores o porque no lo deseen; sino porque un salario mínimo no alcanza ni para un pasaje.

Da tristeza ver como muchas personas que en medio de su desespero deciden ponerse sus zapatos, “algunos desgastados por el tiempo”, agarrar una pequeña maleta con unos escasos harapos y sin mirar atrás cruzar una frontera, sin saber que les deparara el destino. Han sido muchos los ciudadanos venezolanos que en búsqueda de la felicidad ha encontrado la muerte en las naciones que escogieron como su segundo hogar.

Hoy han sido devueltos en ataúdes, nunca imaginaron que se despedirían para siempre, nunca las madres que despidieron a sus hijos les paso por la mente que darían su último beso, su ultimo abrazo.

Cabe destacar las muertes en las vías venezolanas, como es el caso de Mónica Spear y su ex esposo, asesinatos de grandes personajes, locutores, actores y de los nunca se habían escuchado sus nombres, porque estaban entre las sombras de lo desconocido. ¿Cuántos menores de edad han sido acribillados por funcionarios que una vez juraron proteger a la nación? Cuantos son los que lloran a sus muertos, cuántos son los que jóvenes que le han dicho a sus padres “Voy a pelear por mi país”. Un día fue tendencia los vídeos virales de un ex funcionario al que no le creyeron que peleaba con el lema de la operación David.

Recuerdo a un Oscar que narraba la historia de cómo los querían asesinar y de un pueblo en zozobra, de unos que creían y de otros que se reían.

Son tantos los venezolanos que hoy darían lo que tienen por qué su tendencia fuese vivir con seguridad o ir a un supermercado y encontrar al menos los productos de primera necesidad. La tendencia de los venezolanos es saber quién está más bronceado por durar bajo el sol durante 5 horas para comprar una harina o un paquete de pañales. Se ha convertido en tendencia observar las bolsas del vecino o del que va en la buseta, para ver donde pudo conseguir los alimentos que esconden las fulanas bolsas.

La tendencia del que aún no ha podido emigrar, es revisar las redes sociales para saber en qué supermercado van a sacar productos, es recorrer los diferentes bancos para buscar la moneda venezolana, la tendencia de los que aún se encuentran en Venezuela es enterarse del vecino que de la noche a la mañana dejo el país, es llenarse de nostalgia al pasar por una esquina y ver las familias comer de la basura.

Volver viral al bebe que abandonaron porque la madre le da miedo afrontar su situación. La tendencia del nativo es esperar que llegue el momento para celebrar el cumpleaños del familiar que está en Perú, en Chile, Argentina, Colombia o cualquier otro país.

¡Qué triste! Se ha vuelto tendencia ver en las redes sociales a niños hablar del gobierno, de llorar porque volvió a ganar el Presidente Maduro con trampa, es triste que ya los niños no hablen de los juegos, del trompo o de las metras, que ya no hablen de lo que quieren para navidad.

Hoy, se ha vuelto tendencia sentir nostalgia en las calles asoladas, se ha vuelto tendencia los recuerdos de los que una vez estuvieron en las ciudades, en los centros comerciales, se ha vuelto tendencia extrañar al vecino que ponía música a todo volumen y no dejaba dormir, de aquellos que tenían como costumbre visitar a ciertas horas para tomar el café fama de américa.

Duele en el alma que los venezolanos están siendo unidos por grupos en Facebook, también son insultados por los nativos de diferentes países, la mal llamada xenofobia. Duele en el alma como miles de venezolanos buscan familiarizarse a través de un grupo de WhatsApp. Duele en el alma ver cómo les venezolanos se acostumbran a usar vestimentas de otros o a dormir donde les caiga la noche.

Estas son algunas de las tendencias de un país en desolación, porque el amor se ha estado enfriando, los estómagos han estado más vacíos que llenos y porque los viejos verdaderamente están quedando solos, no por haber sido abandonados en un centro o ancianatos; sino porque los hijos se han visto obligados a abandonar las casas, las calles, la familia, por ir detrás de una moneda que tenga valor.