La lista de quejas es bastante larga, ¿verdad? Por ejemplo, no te dejan salir de fiesta porque tus amigos no les caen bien. Tus “odiados” hermanos, que al parecer con los mejores para tus padres, sirven todo el tiempo como un ejemplo de lo que tu deberías ser. No te toman en cuenta cuando se trata de dar tu opinión y sientes que eres un cero a la izquierda. A tus padres nunca les parece bien lo que haces y siempre te están criticado. Lo que realmente sientes es que tu Familia te declaró la guerra y no te ha dado un solo respiro.

Después de todo esto parece que las cosas están muy mal, más de lo que parece.

Pero no te preocupes, no es el fin del mundo; y antes de que termines “odiándolos”, aquí te proponemos algunas estrategias que pueden lograr un armisticio entre tu familia y tú.

No podemos cambiar a los demás

Cuando se trata de que uno es a quien quieren cambiar, esto lo tenemos muy claro. ¿Pero qué tal cuando uno es quien no está de acuerdo como es el resto de la gente? En el fondo, todos somos una especie de arquitecto al que le encanta hacer modificaciones en la vida de los demás. Dicho sea en nuestra defensa, intentamos hacerlo porque queremos ayudar.

Pero ahora bien, poniendo los pies sobre la tierra, esto es imposible. El problema en este mundo es que un billón de personas intenta cambiar al otro billón, y así pasa.

No existe algo así como los padres y hermanos perfectos. Pregúntaselo a cualquier persona, todos encuentra uno que otro defecto en sus parientes.

El primer paso es aceptar a las personas tal y como son. Puede parecerte que tus padres y hermanos son los seres que más vergüenzas te hacen pasar en cualquier lugar, sin embargo, es seguro que el resto del mundo, la mayoría de las veces no note nada de eso.

Cuando no intentas cambiar a las personas y las aceptas tal cual y como son, puedes exigir que se haga lo mismo contigo, y así todos pueden vivir en paz y total armonía.

Tú dices “blanco” y ellos dicen “negro”

Es típico que si tú decides volverte vegetariano (un ejemplo), tus padres resultan ser los más carnívoros de este planeta.

Si a ti te parece bien pintarte el cabello, a ellos les parece bien que no te acerques ni un metro a cualquier clase de pintura para el cabello. Por supuesto, en tu casa se come carne todos los días y tu cabello sigue del mismo color. Lo que te molesta es que no respeten tu forma de pensar y los cambios que quieras hacer en tu vida, y que siempre te estén llevando la contraria en todo. En cuanto a tus hermanos, simplemente no pueden hablar de nada sin que terminen peleando como perros y gatos, pero ¿Qué es lo más saludable que puedes hacer en estas situaciones?

En ese sentido, lo más natural en el mundo es que cada uno de nosotros tenga sus propias ideas. Pero después de varios quebraderos de cabeza, terminas comprendiendo que no se necesita defender a capa y espada esas ideas para que el resto de tus familiares piensen igual que tú.

Busca el tiempo para hablar con tus padres y hermanos. Que vean que te interesas por escucharlos y no pretendes empezar con alguna grosería. Y del mismo modo, ellos te van a comprender mejor si saben por qué te gustan o te disgustan algunas cosas.