Muchos colegios organizan Intercambios escolares con otros países para complementar la educación de los chicos. Sin embargo, cuando llega el momento de desprenderte de lo conocido, incluida la familia, no es nada fácil, aunque sepas que vas a aprender infinidades de cosas y a crecer como persona.
Hablando del miedo a lo desconocido, es normal que tanto tu como tu familia sientan un poco de temor al separarse. No saben a lo que te puedas enfrentar en otro país, sin embargo, si logras dar el paso in titubeos, tienes la garantía de instalar en tu persona un nuevo archivo de experiencias nuevas y positivas para tu desarrollo.
Siempre que te atreves a explorar nuevos terrenos, la experiencia es benéfica. Desde el momento en que te enfrentas a nuevos y desconocidos retos, ya estas aprendiendo y de cierta forma, madurando.
Te preguntas una y otra vez si no te ira bien. Tanto en un intercambio como en un viaje o en cualquiera nueva experiencia que emprendas, siempre va a estar presente esa pequeña interrogante: Te va a ir bien o mal. Ese temor es muy normal, pero la única manera que existe para que acabes con esa preocupación, es atreviéndote a explorar ese terreno nuevo. El que te vaya bien o mal no es tan importante porque desde que te decides a hacerlo, ya estas ganando.
Las ventajas…
Imagínate cuantos nuevos amigos puedes hacer en un lugar en el que no habías estado nunca antes.
Si, por ejemplo, en tu ambiente cotidiano eres un poco tímida o algo rebelde, puedes aprovechar el viaje para romper con las etiquetas y aprender a ser de otra forma con la cual te sientas más libre y espontánea. Es lógico que en tu escuela o en donde vives, le gente te conozca por algunas características muy tuyas. Si hay ciertas cosas de ti que no te tiene del todo contenta, es el momento de experimentar nuevas fórmulas.
Además, vas a aprender otro idioma rapidísimo porque una cosa es un pizarrón en la escuela y las ganas de aprender, y otra es no poder ir al baño porque no sabes cómo decirlo.
Así que esta es la oportunidad de que rompas los esquemas y te atrevas a aprender muchas cosas nuevas, desde un idioma hasta lograr ser una persona independiente y mucho más madura de lo que eras antes de emprender ese viaje.
¿Y si no tengo dinero?
¡No te limites! Hay intercambios en los que se otorgan becas, y tal vez lo único que tengas que hacer es ahorrar para el boleto de avión. El secreto está en que te informes con anticipación. Acércate a las embajadas o instituciones que pertenezcan al país que te interesa conocer y en el cual te gustaría vivir un año completo. No te des por vencida tan fácilmente.
Toma en cuenta que podrás llegar una casa de familia o a un internado, solo es cuestión de que elijas lo que más te interese y te motive.