La ciencia y la tecnología nos influyen mucho. Debido a eso, algunos de nosotros hemos comenzado a perder nuestra fe en Dios. No tengo 60 o 70 años, soy una persona joven. Nací cuando La tecnología apenas entraba en nuestras vidas diarias. Entonces, puedo decir que crecí sin la influencia que la tecnología tiene sobre nuestras vidas hoy en día. Estoy de acuerdo en que la nueva tecnología, los artilugios y los inventos son muy útiles y nos han hecho la vida más fácil. Mi punto es no decir nada malo acerca de la tecnología actual, pero notar que estamos tan ocupados en estas cosas que estamos perdiendo la fe en las leyes de la naturaleza.

La ciencia no es superior a la naturaleza

No creo que debamos dejar de usar la tecnología, pero deberíamos pensar en esa fuente particular o energía oculta que nos une. "Dios" es una palabra muy pequeña, pero tiene un gran significado. Cada religión tiene su propia versión de dios, y algunas de ellas son antropomórficas, mientras que otras simplemente creen en una fuente particular. Durante mis años de vida, aprendí una cosa: estamos aquí por alguna razón. Nuestra existencia no es sin sentido, sino un gran misterio para resolver, o tal vez nunca lo sepamos. A pesar de estos hechos, la ciencia no es superior a la naturaleza. Sí, la naturaleza es todo lo que vemos a nuestro alrededor. Las plantas, la tierra, el aire, los animales, el viento, los ríos, el mar y los océanos son todos naturales.

Estas son las cosas que no fueron creadas por la ciencia. Podemos vivir sin ciencia, pero no sin la naturaleza.

La vida es una verdadera misión

Entonces, siempre debemos agradecer esa energía que creó nuestra hermosa naturaleza. Yo quiero decir una cosa. No conocemos nuestra misión en la Tierra. Pero, todos jugamos un papel, en esta gran historia, antes de morir.

Podemos medir los logros de una persona después de su muerte, y decidir cómo van a ser recordados. ¿Y si todos estos logros fueran la misión de esa persona en la tierra? Ahora, si decimos que debemos seguir haciendo algo, entonces no es nuestra misión sino solo un camino que la naturaleza nos está enviando. Deberíamos encontrar nuestra misión por nuestra cuenta.

Todos los humanos somos iguales, y todos nosotros hemos contribuido con algo al desarrollo de la raza humana. Pero nuestras contribuciones no son lo mismo. Ha habido muchas personas maravillosas en la historia del hombre cuya contribución a la carrera fue sobresaliente. Algunos de ellos han cambiado el mundo por completo, pero no sucedió intencionalmente. Todos tenemos el potencial para hacer lo que estas grandes personas han hecho, pero no todos tenemos la suerte de lograrlo. Por lo tanto, hacemos cosas que tenemos el poder de lograr.