Las emociones son extremadamente malentendidas y tergiversadas en nuestra sociedad. La mayoría de las personas se aferran firmemente a conceptos erróneos sobre las emociones. Estos pueden estar relacionados con lo que son, cómo funcionan y/o el propósito que tienen. Además, para empeorar la situación, existen numerosos mitos culturales ampliamente aceptados sobre las emociones.
¿Qué son realmente las emociones?
Desde un punto de vista fisiológico, las emociones no son más que señales químicas y eléctricas que ocurren en nuestro cuerpo para alertarnos sobre lo que está sucediendo.
El sistema límbico, una parte de tu cerebro, se especializa en observar y procesar estas señales para permitirte responder a situaciones. Tener emociones es esencial para vivir una vida segura y de alta calidad porque te ayudan a hacer una serie de cosas. Quizás lo más importante es que te ayudan a sobrevivir, al alertar al sistema límbico para desencadenar la respuesta de "lucha o huida" en situaciones potencialmente peligrosas.
También te ayudan a recordar personas y experiencias, enfrentar situaciones que ocurren en tu vida diaria y a comunicarte con otras personas. Además, te ayudan a evitar el dolor y a buscar el placer. Según la mayoría de las investigaciones, hay dos tipos de emociones reconocidas: primarias y secundarias.
Las emociones primarias son la expresión de tu reacción inicial a lo que está sucediendo. Son fuertes sentimientos que surgen rápidamente y sin previo aviso. Los humanos nacen con estos cables en sus cerebros y cuerpos.
Como resultado, experimentar estos sentimientos hace que tu cuerpo reaccione de ciertas maneras y hace que tengas deseos de participar en ciertas acciones.
Mientras que algunos expertos sugieren que hay más, la mayoría de las investigaciones sugieren que hay ocho emociones primarias. Son ira, pena, alegría, miedo, disgusto, culpa o vergüenza, interés y sorpresa. Estas obviamente no son las únicas emociones que existen. Todos los demás sentimientos se componen de alguna combinación de las emociones primarias.
Las emociones secundarias son reacciones emocionales a las emociones primarias. En otras palabras, indican cómo te sientes acerca de tus sentimientos. A diferencia de las emociones primarias, las secundarias no están conectadas a los cuerpos y cerebros de las personas. En cambio, son reacciones que aprendemos mediante la socialización de nuestras familias, amigos, medios de comunicación y otras instituciones. También arraigados en nuestras vidas y pensamientos a través de la socialización son mitos sobre las emociones.
Para contrarrestar estos mitos, debes tener una comprensión fáctica de las emociones y desarrollar una perspectiva saludable de las emociones. Hay algunas cosas que todos deben tener en cuenta cuando se trata de emociones.
Las emociones no son ni buenas ni malas ni verdaderas ni falsas; ellas solo son. Hay una diferencia entre tener una emoción y actuar en una. Independientemente de cuán fuerte sea la sensación que experimente, no tiene que actuar en consecuencia. Por último, no puedes deshacerte de ellas, pero afortunadamente, no duran para siempre.
Una perspectiva saludable de las emociones
Si no recuerdas algo sobre las emociones, recuerda esto: no son malas. De hecho, tienen tres trabajos muy importantes que nos ayudan a diario. Las emociones pueden validarnos mediante señales o alarmas, o brindarnos información sobre una situación. Pueden ser una fuente de motivación para cambiar una situación y ahorrarnos tiempo para reaccionar ante situaciones potencialmente peligrosas. Finalmente, las emociones sirven como una poderosa forma de comunicación no verbal. Una vez que aprendas a tolerar tus emociones, reconocerás que existen para ayudarte y no para lastimarte.