Víctimas fatales de la intolerancia

Llama la atención ver como aún el racismo y la discriminación se sigue moviendo en la sociedad actual, la misma en la que observamos tantos avances tecnológicos y tanta evolución del modernismo, al punto de que se han aceptado grupos sociales que en años atrás eran apartados y criticados por las comunidades. Pero hoy en día ese factor racial que inició aproximadamente en la época de la conquista y la colonia con la mezcla de las razas indígenas y los europeos, actualmente sigue siendo objeto de persecución, agresión e incluso niveles extremos de violencia como el homicidio.

Grupos racistas

A lo largo de la historia se han creado grupos reconocidos a nivel mundial como por ejemplo, el grupo Nazi en los años 20 en Alemania, comandado por Adolf Hitler,​ quienes alegaban y defendían la existencia de una raza pura y fuerte como el hombre “ario” argumentando que para mantener la pureza de la raza no se podían mezclar con otras razas o nacionalidades.

Este grupo hoy en día no tiene vigencia; también encontramos un movimiento que inicio en los años 60 en los Estados Unidos de América, y es el denominado KU KLUX KLAN, este último fue fundado por veteranos de guerra de ese tiempo e identificado como el autor de secuestros, violaciones, golpizas y homicidios, principalmente motivados por el racismo hacia personas de color.

En la actualidad cuenta con un número reducido de activistas que constantemente realizan manifestaciones de calle y quema de cruces para intimidar a sus perseguidos. El racismo, la homosexualidad, la religión; han sido en muchos casos el detonante de persecuciones y divisiones entre grupos, comunidades y países, ocasionando devastadoras consecuencias para la sociedad.

Una llamada a la reflexión

El gran ausente en estos escenarios ha sido la tolerancia, el respeto y el amor cuyas víctimas las protagonizan quienes más allá de sus creencias, nacionalidades o color son personas, seres humanos que sienten, sueñan y quieren ejercer el derecho a vivir que nos corresponde a todos por igual.

Es tiempo de despertar y dejar a un lado esos conflictos absurdos que no merecen la pérdida de vidas inocentes, suficiente con las enfermedades, guerras policitas, hambruna y dificultades económicas que están atravesando varios países en el mundo.

Encontremos un punto de encuentro para converger y habitar en armonía sin permitir que prácticas derogadas sigan persiguiendo a las futuras generaciones y poniendo en riesgo la vida de nuestros hijos.

La paz es el mejor estado emocional que puede experimentar un ser humano, depende de cada uno de nosotros el gozar de tan hermoso beneficio. Comparte esta información y promueve la reconciliación mundial de las personas.