Hoy estabas preciosa. Con tu sonrisa morena y ese pantalón a cuadros. Con tus palabras y con todo lo que callas. Con esos pensamientos adivinados y nuestros paseos improvisados por la Gran vía. ¿Qué hace frío? Pues a un café. A sentarnos en una de esas sillas tan “vintage” que sobreabundan ahora por todas partes. Y a ver el tiempo pasar. O, más bien, que sea él quien nos mire a nosotros. Quizá, por eso, cada vez que estamos juntos se detiene…

Al menos, esa es mi sensación. Porque todas mis preocupaciones, absurdos agobios e inevitables angustias desaparecen.

Y aunque los segundos sigan pasando y el mundo gire sin detenerse, yo me sigo perdiendo, irremediablemente embobado, en el infinito de nuestras conversaciones.

Sé que estoy chiflado. Hace tiempo que renuncié a ser cuerdo. Al menos, a tratar de disimularlo. Pues que digan lo que quieran, ¿es que ya nadie se detiene y piensa?

¿En qué? Pues en todo. En el azul del cielo y sus pájaros. Su melodía y la música. Pintada en tantas obras de arte. Guardadas en museos. Que acampan en la calle a la vista del "postureo", que siempre mira, pero nunca ve. Que siempre habla, pero nunca piensa.

La misma calle por la que la gente va al trabajo. A la universidad. O a la escuela. Siempre igual. Siempre la misma rutina.

Los mismos pasos. Y los mismos semáforos. A las ocho y media. O a y treinta y cinco para los más originales. A y cuarenta si te has quedado dormido. Cambia, ligeramente, el tiempo, pero viene a ser, básicamente, el mismo recorrido.

Y, ¿por qué? No puedo creerme que nadie se dé cuenta. Las mismas conversaciones. Los mismos viajes.

Los mismos bares. ¿Ya nadie crea nuevos destinos?

Viajar a lugares nuevos, en los que nunca antes nadie haya estado. Darle la vuelta a la tortilla con un doble salto mortal. Jugársela un poco. Ya me entiendes, ¿no? Que no siempre hace falta coger un pincel para ser un artista. Se puede ser Creativo en cada sonrisa. En cada cosa que dices.

En tus caras. Y hasta en la forma en la que te levantas por la mañana.

Pero creativo de verdad, no tirando de tópico. No, por favor. Que eso está ya muy visto. En un mundo en el que a casi nadie le importan las cosas, es bastante sencillo pasar por sabio. ¿Quién va a contradecirte? No, los creativos de verdad se la juegan. A base de esfuerzo y tiempo. Porque nunca nadie dijo que fuera a ser fácil.

La indiferencia mata. Y, lamentablemente, tengo que reconocer que hoy en día hay mucho asesino suelto