Siempre nos quejamos, constantemente, de que no tenemos tiempo para los planes que queremos hacer a diario. Que la vida debería tener más horas para poder dormir lo que queramos, minutos para hacer ejercicio o al menos un segundo más para suspirar… Si el destino nos escuchara y realizara esta petición ¿Realmente valoraríamos ese "más"? Siendo sinceros, no.
Cada tic tac del reloj esconde una oportunidad, debes aprovechar cada una de ellas.
Cada segundo cuenta una historia, detente y escúchalos, valen la pena. No todo en la vida es correr, o tener que hacer algo constantemente. Es encontrar un ritmo ideal para seguir. Además, recuerda escucharte a ti mismo, eres y serás el protagonista de tu historia. Es importante saber si estás bien, si necesitas e incluso si te está faltando algo. No te puedes exigir cuando estás mal. Además, debes tomarte en cuenta siempre para disfrutar de la vida.
¿El día realmente necesita más o nosotros necesitamos más al día?
La respuesta tiene un más, pero todo lo contrario a lo que pensamos. Cometemos un error al esperar que algo suceda sin tomar las cuerdas del destino e ir a por ello.
Está claro, nosotros necesitamos más al día. Aprovecharlo y tener en cuenta siempre que cada atardecer que cae no suma, sino que resta en nuestra vida.
Solemos ignorar el tiempo a pesar de que siempre está con nosotros y nos ahogamos en nuestros pensamientos negativos cuando estamos colapsados. Realmente es vital detenernos, tomar un respiro o un café, organizarnos y continuar en el camino a nuestras metas, a nuestro día a día.
Con tan solo un break diario de la cotidianidad sabremos estar tranquilos, cambiaremos nuestra perspectiva de la vida y veremos que nos ahogamos en cosas simples de resolver. Podemos añadir o quitar actividades de nuestro horario. Meditar. Cambiar algo de la rutina. Quedando con personas que llevábamos tiempo sin ver.
Dejar de mirar el suelo al caminar y comenzar a ver los matices del cielo. Altenar la perspectiva con la que observamos las diferentes situaciones.
¿El resultado? Contaremos cada segundo que pase de una forma distinta, bailaremos al compás de los minutos y distribuiremos mejor las horas. Así los días venideros serán más especiales y las semanas traerán nuevos retos que afrontar. Cada mes sumará buenos momentos y los años tendrán más anécdotas para el baúl de los recuerdos.
Y tú, ¿Seguirás diciendo que el día necesita más o comenzarás a actuar?