Desde hace mucho tiempo, los live action del manga/anime no suelen ser precisamente buenos. Por un lado, están los que adaptan mal la historia. Por otro lado, los que no captan la esencia de la obra. Y, por último, están los que hacen lo que les da la gana como Dragon Ball Evolution y, en este caso, Death Note, la nueva película de Netflix.
Protagonistas destrozados
Los personajes, además de no ser nada fieles a los del manga, destrozan por completo la personalidad de cada protagonista original. Por ejemplo, Light, que se supone que es metódico y brillante, en esta película pierde el control al cuarto de hora al revelar su secreto a la primera chica que se le pasa por delante.
También, como muchos sabréis, death note se desarrolla en Japón, y por lo tanto los protagonistas son japoneses…menos aquí, que son estadounidenses. Realmente da igual la nacionalidad, pero en la película se esfuerzan demasiado por relacionar la historia con Japón. Incluso el propio nombre de Kira parece que está forzado.
Dirección gore de risa
La dirección, aparte de parecer de una película gore de risa, en efecto, se esfuerza por presentarnos una nueva secuela de Destino Final. Las muertes, o bien son bastante falsas, o bien son demasiado gore.
A decir verdad, apenas se nota la rivalidad entre L y Kira, ya que esos jaques mates del manga han desaparecido por completo en la película. En ningún momento se siente un duelo entre dos personas tan inteligentes que deben ir un paso por delante el uno del otro siempre.
Sin esencia
Además de que el guion contiene demasiadas incoherencias, la esencia del manga desaparece por completo al omitir los diálogos donde se debate qué es la justicia o qué hacer con semejante poder. Esto se debe al esfuerzo de los guionistas por hacernos concentrarnos más en las muertes que puede causar el cuaderno de la muerte, que en las cuestiones éticas que la obra original nos plantea.
En la obra original, podías ir en un bando y, tras unos sucesos importantes, cambiar de lado porque o L o Kira te habían decepcionado, ya que evolucionan de formas totalmente diferentes a cómo eran al principio. Aquí, sin embargo, sólo puedes elegir una de dos: o te gusta hacer muertes gore con un cuaderno, o quieres que encarcelen a Light por no ser muy listo.
Mal empieza lo que mal acaba
En definitiva, Death Note es una mala película y, desde luego, una mala adaptación. Como producto independiente, podría llegar a entretener al que no se dé cuenta de todos los huecos que hay en el guion, pero desde luego a los fans le sentará como un puñetazo en el estómago. Las películas live action japonesas son pasables, pero esta, en mi opinión, no.