Aprovechando lo que siempre han aprovechado, que muchos ciudadanos votan por tradición, por querencia, por las siglas, sin pensar, por imagen, pasando olímpicamente de los resultados de las políticas aplicadas en el pasado y de los programas electorales desarrollados para el futuro, Pedro Sánchez saca partido de su cara bonita. El marketing se ha apropiado de la ideología, ponen a una cara bonita para vender el producto y les funciona. Nadie sabe nada, la gente no distingue entre liberalismo, socialismo o comunismo, la gente compra el producto porque lo vieron en su casa, vieron que lo utilizaban sus abuelos y sus padres, por tanto les parece bueno, y los maestros del marketing sólo han necesitado cambiar los colores del envase para que el viejo y caduco producto parezca nuevo y efectivo.
Pedro no sabe Nada.
Y para muestra un botón: ¿Dónde están las declaraciones de Pedro Sánchez sobre la moción de censura presentada por Unidos Podemos?, ¿Dónde están las declaraciones de Pedro Sánchez sobre las declaraciones de varios exministros del Partido Popular en los juzgados?, ¿Dónde están las declaraciones de Pedro Sánchez sobre la próxima comparecencia como testigo del caso Gürtel de Mariano Rajoy en la Audiencia Nacional?, ¿Dónde están las declaraciones de Pedro Sánchez respecto a los 60.000 millones de euros de dinero público que los bancos no nos van a devolver?, ¿Dónde están las declaraciones de Pedro Sánchez en relación al tratado de comercio CETA...? ¡No están! Y no están porque no sabe qué decir a no ser que le soplen la respuesta sus asesores, y sus asesores le han dicho que es preferible que esté calladito a que hable y meta la pata.
Porque Pedro Sánchez es joven, pero está lo suficientemente crecidito para saber, desde hace tiempo, cuál es su orientación política, y aún no lo sabe porque no entiende nada de política. Puede estar en el consejo de administración de un banco votando a favor de las preferentes y al día siguiente decir que luchará por los derechos sociales, puede estar en un mitin llamando populistas a Unidos Podemos y al día siguiente decir que trabajará codo con codo con la nueva formación, puede decir que no sufre presiones mediáticas para establecer una línea política y al día siguiente decir que Juan Luis Cebrián le presionó.
Así es Pedro. No es nada extraño que le llamen "El Veleta".
Pedro es una bonita marioneta que sólo puede decir por sí mismo: “Nosotros somos la izquierda”, y lo dice por inercia, porque ni siquiera sabe lo que eso significa.