Este año el desfile del orgullo gay ha contado con la carroza-autobús de Ciudadanos en la que defendían la maternidad subrogada. Esta idea, que poco pensada puede parecer estupenda, esconde detrás unas posibles consecuencias desastrosas que podrían acabar una vez más en la mercantilización del cuerpo de la mujer.

Seamos serios ¿Cuántas mujeres están dispuestas a llevar en su vientre el hijo de otra u otras personas para después entregarlo desinteresadamente? Probablemente pocas o ninguna. Si se llegara a aprobar una ley de ese tipo ¿Qué posibilidades existirían de que mujeres en estado de necesidad económica llegaran a un acuerdo para alquilar su útero a cambio de dinero?

Probablemente demasiadas.

Ciudadanos se ha columpiado con esta ocurrencia. Seguramente pensaron que en un desfile en el que hay muchas parejas que no podrán tener hijos biológicos de manera natural, era una buena idea representar la esperanza de tenerlos por derecho, pero se olvidaron de una cosa: tener hijos no es un derecho es un deseo.

La liberalización de la pobreza

Es bastante probable que en su afán liberalizador, a Ciudadanos no le importe demasiado que se pueda comerciar con los úteros de mujeres pobres, al final la economía es lo primero, pero presentarlo como un acto de posible altruismo es poco menos que tratar como bobos a la gente.

Parece que lo estoy viendo: mujeres independientes, trabajadoras, con buenos salarios y progresistas haciendo cola, pidiendo a gritos alquilar sus úteros para que parejas infértiles u homosexuales puedan disfrutar de la felicidad de tener un retoño.

¡Menuda moto nos quieren vender!

No faltará quien diga que este asunto es parecido a la donación de órganos porque también es un acto altruista y funciona de maravilla en nuestro país. Exacto, así es, pero hay algunas diferencias. Por ejemplo en España, nadie conoce al donante del órgano ni al receptor, tampoco es posible percibir ninguna remuneración económica y es un proceso absolutamente controlado por la Sanidad Pública.

Aquí de lo que se trata es de hacer negocio con las clínicas privadas, que no sé por qué pero me da a mí que lo mismo están detrás de esta idea que nos presenta Ciudadanos, un partido político que defiende a capa y espada el capitalismo, la privatización y el liberalismo económico.

Tal vez sería mejor idea invertir en nuestra masacrada Seguridad Social, ofrecer los recursos necesarios para que todas las parejas puedan someterse gratuitamente a los mejores tratamientos, o que se cree una agencia pública de adopción que garantice que los procesos para adoptar niños no sean un puro mercado de seres humanos.