Son muchos los que ambicionan ser personas famosas, incluso sin un trabajo que los respalde. Su meta es salir en la pequeña pantalla y saborear de las mieles del éxito, aunque sea efímero. Como decía Andy Warhol “En el futuro todo el mundo será famoso durante 15 minutos. Todo el mundo debería tener derecho a 15 minutos de gloria”. Lo que ignoran es que puede ser realmente arriesgado.
No es nada extraño abrir un periódico, ya sea de papel, ya sea digital y ver la noticia de que un famoso denuncia a uno de sus fans que se volvió un auténtico acosador.
Hasta hace poco parecía que este hecho era exclusivo de artistas a nivel mundial o fuera de nuestro país. En la actualidad son cada día más comunes dentro de nuestras fronteras y más peligrosos.
A todos nos conmociona el caso en que Jhon Lennon fue asesinado a manos de un admirador al que anteriormente incluso le firmó un disco El intento de asesinar a Ronald Reagan para impresionar con “una muerte histórica” a Jodie Foster terminó con el ingreso en un psiquiátrico del acosador. Que después de mandarle cartas de amor, incluso matricularse en su mismo centro, no veía satisfecha su obsesión.
En el panorama nacional conocemos el caso de Miguel Ángel Silvestre donde un grupo de fans enfervorecidas empujó a su madre para conseguir el autógrafo del actor.
Mala manera de ganarse a la suegra y al hijo, ¿no? Se rumorea que este hecho hizo que quisiera abandonar la serie y no se le vea en la cartelera de ninguna película española. La actriz Sara Casanovas fue asaltada a punta de ballesta por otro acosador. Otro suceso mucho más dramático fue el de Paco González, al que otra fan en su delirio y en este caso con un cómplice estuvo a punto de quitar la vida a la esposa e hija del periodista deportivo.
Cuando vemos este tipo de noticias no podemos evitar la pregunta: ¿Por qué? Qué lleva a alguien a obsesionarse con un desconocido hasta tal punto. Es algo natural tener referentes en la sociedad a los que admirar en mayor o menor grado, pero ¿Hasta el punto de dañarlos?
La respuesta es sencilla: Sufren un desorden psicológico.
Hay varios tipos de acosadores, estos en cuestión suelen ser de dos tipos. Unos sienten un amor obsesivo por el famoso sin haberlo conocido, lobos solitarios que a veces sufren enfermedades psiquiátricas como la esquizofrenia o trastorno bipolar. Otros sufren de erotomanía, estos creen el personaje célebre está enamorado de ellos y que su familia o las personas que le rodean son los culpables de que no puedan estar juntos. Después de saber todo eso, ¿aún crees que la vida de un famoso es tal y como se ve desde fuera?
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