Es curioso que algo tan importante como es la Educación, para algunos sea algo insignificante a lo que no prestar atención. Es curioso ver como el Sistema Educativo español se va estropeando por cada momento que pasa, y, que los que tienen el poder de arreglarlo y de mejorarlo, no hagan nada. Que ni siquiera se preocupen por ello. Aunque, si analizamos la situación, nuestro país, nunca ha sido pionero en contar con una Educación adecuada y adaptada para cada época y para cada tiempo. Hace bastantes años, la metodología empleada en las aulas era autoritaria e inflexible.
Con un rol claro del maestro: corregir los exámenes e impartir las lecciones de los libros de las asignaturas. Sí que es verdad, que con el tiempo, poco a poco, esa figura se ha ido cambiando por una más moderna más actual. Pero hoy por hoy, sigue siendo insuficiente.
Los maestros y los profesores se encuentran con alumnos desmotivados, tristes, sin ilusión por aprender y estando en las aulas por estar. Se encuentran con estudiantes que se aprenden el temario para aprobar los exámenes, que no lo asimilan de verdad, y que en muchas ocasiones tampoco lo entienden, pero hacen lo que sea necesario para memorizarlo. Como si la memoria fuese la solución. Se encuentran con alumnos que no tienen una opinión de las cosas, que muchos de ellos no tienen un pensamiento crítico y que no saben exponer sus ideas en público.
Está claro que por eso, se necesita realizar y elaborar una reforma urgente en el Sistema Educativo, porque sin duda alguna el que está en la actualidad no es adecuado para los alumnos.
Estamos hablando pues, de un Sistema Educativo moderno, que se adapte a las necesidades de los estudiantes. Un Sistema Educativo que deje las comodidades y las cosas sencillas a un lado.
Un Sistema Educativo que se implique con los alumnos, con los profesores/maestros y familias. Un Sistema Educativo que se olvide de las calificaciones, de las notas al final de los trimestres, de etiquetar a los estudiantes por su evaluación. Un Sistema Educativo que de importancia a los valores. Que las emociones y sentimientos vayan de la mano con la formación académica.
Que ambos aspectos sean igual de importantes en el proceso de enseñanza-aprendizaje. Y, que los profesionales de la educación adquieran conocimientos y estrategias para motivar e ilusionar a los estudiantes, porque al fin y al cabo de eso debería tratar la educación: de motivar y de ilusionar.
Sin embargo, parece ser que todavía estamos muy lejos de tener un Sistema Educativo así en España, que hay algunas personas que prefieren que se quede como está, sin ninguna reforma. Creen que actualmente todos los alumnos están recibiendo una adecuada educación. Por lo tanto, hay gente que apoya que las escuelas, colegios, institutos y universidades no se fomente la igualdad de oportunidades, que no se enseñe a trabajar en equipo, que no se enseñe a pensar, a tener una opinión de cada situación, que no se enseñe a pensar por uno mismo, que no se enseñe a los estudiantes a preguntar, a cuestionar, a filosofar.
Que no se enseñe a los alumnos a descubrir y no ser como los demás. Por muy difícil de creer que parezca, hay quien prefiere tener un Sistema Educativo completamente obsoleto y no aportar nada nuevo en él.
Y desgraciadamente, no hay intenciones ni siquiera de mejorarlo. Por mucho que los maestros y profesores se manifiesten, por mucho que ellos intenten adaptar sus clases y sus metodologías a los tiempos actuales. Por mucho que algunos centros tengan algo de libertad para proponer recursos, programas y actividades. Y por mucho que los padres y madres protesten por una Educación Pública de calidad, adaptada y renovada, parece que nadie les escucha. Y que encima de no ser escuchados, a veces, son rechazados, insultados y humillados. Mientras que en otros países, la Educación ocupa primeros puestos de listas de gobiernos, aquí es más importante el fútbol, los deportes y la televisión. Claro que, pensándolo bien, así nos va.