Al abrir la página del buscador de Google hoy nos encontramos con un doodle en forma de semiesfera, en su interior se representa un monte en cuya cima vemos a tres personas. Colocados en la parte externa de la semiesfera, como en un mundo diferente desde el que se puede observar ese otro donde está el monte, vemos la representación de los doce dioses del Olimpo, con Zeus y Hera presidiendo la comitiva.

Los griegos encontraron en su mitología una manera de explicar el mundo y los sucesos que en él acaecen. Los caprichos de los dioses se asemejaban, por otra parte, mucho a los antojos humanos. Y los humanos nunca nos hemos conformado con permanecer en nuestro sitio, siempre hemos buscado conquistar el mundo de los dioses.

Escalando el Monte Olimpo

Un ejemplo, conquistar las montañas más altas. Entre las regiones griegas de Tesalia y Macedonia se encuentra una cadena montañosa, que desde 1938 es considerada patrimonio natural de la Unión Europea. El monte Olimpo (luminoso) es su montaña más alta con 2919 metros.

En la mitología griega el Olimpo era considerado el hogar de sus dioses, que lo habitaban en mansiones de cristal. En 1913, tres aventureros se dispusieron a conquistarlo. Eran dos suizos Frédéric Boissonnas y Daniel Baud-Bovy y su guía griego Christos Kakkalos. Frédéric Boissonnas era fotógrafo y los equipos de primeros del siglo pasado eran muy ajenos a nuestras cámaras digitales, pero él no dudó en cargar con su pesada cámara junto al resto de sus bártulos.

Un ascenso arriesgado y accidentado

El ascenso no era fácil y desde luego era arriesgado, aunque la leyenda (ya sabemos que las grandes hazañas la traen siempre aparejada) cuenta que Kakkalos conocía tan bien el monte Olimpo que se atrevió a subir descalzo.

Lo que si es cierto es que encabezaba la aventura llevando atados con cuerdas a sus dos compañeros.

Las condiciones meteorológicas empeoraron durante la escalada y se vieron envueltos en una tormenta que no les permitía ver bien. Al llegar a lo alto de un pico creyeron que habían llegado a la cima y decidieron dejar constancia y festejarlo. Pero cuando el tiempo escampó, el monte Olimpo, como si fuera una broma de los dioses, todavía les miraba desde lo alto.

No se arredraron y decidieron continuar, hasta que un 2 de agosto coronaron verdaderamente la cima del monte Olimpo. Una hazaña que les haría entrar en los libros de historia y los convertiría si no en dioses, al menos sí en héroes que aún hoy en día celebramos.