El pasado julio, la revista Pain Medicine publicó un estudio que evidenciaba que realizar recorridos de una hora en museos puede tener efectos analgésicos en lo que al dolor crónico se refiere. El estudio se basó en una muestra de participantes constituida por 54 personas, cuya edad media oscilaba en torno a los 59 años, un 65 % eran mujeres.

Visitas guiadas e inclusivas

El estudio se basó en visitas guiadas al Crocker Art Museum en Sacramento (California, Estados Unidos), los recorridos estaban guiados por profesionales y fueron realizados de manera privada, con una duración aproximada de una hora.

De media, el recorrido se centraba en 3 o 5 obras de Arte, los participantes disponían de bancos y de lugares donde sentarse a descansar si lo precisaban.

El estudio se centraba en dos aspectos que suelen estar relacionados, como son el dolor crónico y la exclusión social, ya que el dolor es considerado como un factor que influye en la vida física, psicológica y social de la persona, con el potencial de alterar radicalmente la propia identidad.

Los guías se centraron en la experiencia positiva de los participantes más que en las obras de arte en sí. Una práctica por otro lado bastante habitual en los museos para fomentar la participación de los visitantes. El resultado fue que un porcentaje amplio de los participantes, un 57%, manifestaron sentir menos dolor e incomodidad y sentirse menos excluidos al final de la visita que a su llegada.

La compleja experiencia del dolor

Ian Koebner es el autor principal del experimento, trabaja en la Escuela de Medicina de la Universidad de California Davis como director de manejo integral del dolor, mantiene que este es una experiencia compleja en la que intervienen tanto factores físicos como emocionales de los individuos, eso explica por qué el contexto social puede tener un amplio impacto en el dolor individual.

El estudio es una manera de encontrar un contexto social como puede ser el arte que ayude al individuo. En este sentido los museos pueden considerarse menos estigmatizantes que las organizaciones de atención médica porque no diagnostican ni tratan los problemas médicos y de salud mental y generan menos contextos vergonzosos.

Otros estudios han ayudado a demostrar como el dolor puede ser modulado a través de estímulos estéticos a nivel cortical, así pues la experiencia en un museo puede ser beneficiosa en este aspecto también ya que el arte es más que una obra una experiencia estética en la que confluyen muchos factores.

En el mismo sentido, de la misma manera que el arte puede ser un paliativo del dolor para algunas personas para otras puede serlo la música, el teatro, la jardinería, el senderismo etc.