Heracles nació de la unión entre el dios Zeus y la mortal Alcmena. En este caso, el dios se presentó ante ella bajo la apariencia de su marido, Anfitrión de Tebas. Alcmena, creyendo que estaba ante su esposo, decidió consumar su matrimonio (antes no lo habían hecho). Pero, a su vez, el dios amplió su engaño, pues Zeus detuvo la noche y la multiplicó por tres.
Después de yacer con Alcmena el tiempo deseado, el dios se fue y, seguidamente, su verdadero marido regresó y volvió a yacer con él. Finalmente, el resultado de esa noche fue el nacimiento de gemelos: Iflicles (hijo de Anfitrión) y Heracles (hijo de Zeus), al que Hera (esposa de Zeus) perseguirá durante toda su vida.
Su juventud
Desde joven Heracles ya fue dando señales del héroe en el que se convertiría en el futuro, llevando a cabo sus primeras hazañas, como: dar muerte al león de Citerón o liberar a los tebanos del tributo que debían pagar al rey Ergino de Orcócmen. Del cual, como premio, recibió la mano de Mégara.
Gracias a dicho matrimonio, durante un tiempo la felicidad del héroe sería plena, hasta que Hera la truncó. La diosa, a modo de venganza, provocó un ataque de locura a Heracles y éste mató a su familia. Tras este episodio, el protagonista recuperó la lucidez y decidió dirigirse al oráculo de Delfos para espiar su pecado, ante lo cual el veredicto fue el siguiente: debía ponerse al servicio de su primo Euristeo (rey de Micenas) y así su pecado sería perdonado.
Los doce trabajos y madurez
Tras visitar el oráculo, Heracles fue a Micenas y se puso al servicio de su primo, quién le encomendó diez trabajos, realizados con éxito. Pero,finalmente acabaron siendo doce porque Hera convenció a Euristeo para encomendarle más:
- Matar al león de Nemea.
- Matar a la hidra de Lerna,
- Capturar a la cierva de Cerenía.
- Capturar al jabalí de Erimanto.
- Limpiar los establos de Augías.
- Acabar con las aves del Estínfalo.
- Capturar el toro de Creta.
- Robar las yeguas del rey Diomedes.
- Conseguir el cinturón de Hipólita.
- Matar a Gerión y robarle su rebaño.
- Conseguir las manzanas del jardín de las Hespérides.
- Capturar a Cerbero.
Una vez realizados los doce trabajos, el pecado cometido por Heracles fue espiado y vivió numerosas aventuras, entre las que destacó el rapto de Íole.
En este episodio el héroe se dirigió a Ecalia, en dónde el rey Eurito entregaba a su hija (Íole) a aquel que ganase un certamen de tiro con arco. Precisamente, el vencedor fue Heracles, pero el rey se negó a entregarle a su hija para evitar que acabara como Mégara. Finalmente, Hera provocó un nuevo ataque de locura en Heracles y éste mató al rey y raptó a su hija.
En este punto, vemos que el héroe vuelve a Delfos para ser perdonado por segunda vez y la solución que le dan en este momento es que debe ser vendido como esclavo y el dinero pagado debe ser entregado a la familia de Eurito.
El asesinato del centauro Neso: el principio del fin de Heracles
Cuando Heracles es perdonado por su segundo pecado, se casa con Deyanira. Y es precisamente al poco de casarse, cuando tuvo lugar el episodio más decisivo en la vida del héroe: el matrimonio estaba cruzando un río y el centauro Neso se presta a ayudar a Deyanira, con el objetivo de violarla. Pero, Heracles consiguió matarlo antes de que pudiera hacerla daño.
El problema es que Neso antes de morir le dice a Deyanira que coja su semén y lo mezcle con la sangre de la herida causada, porque le servirá de filtro para tener siempre el amor de su marido.
Ella así lo hizo, sin saber que esa sangre contenía veneno de la Hidra de Lerna (la flecha con la que Heracles mató a Neso estaba untada en dicha sangre).
Muerte y apoteosis
Después de varios de años de matrimonio, Heracles volvió a reclamar a Íole, y Deyanira sospechando que su marido prefería la compañía de otra, decidió hacer uso del filtro de amor. De esta forma, mandó a su esposo una túnica impregnada con el filtro y ,éste al ponérsela, se quemó la piel poco a poco, adhiriéndose cada vez más y sin poder quitársela.
Finalmente, decide acabar con su agonía pidiendo que construyeran una pira funeraria para prenderse fuego. Una vez prendida la pira, se quemó su parte mortal y su parte inmortal subió al Olimpo (apoteosis). Y es allí, cuando definitivamente se reconcilia con Hera, mediante el matrimonio con Hebe ( hija de la diosa).