Javier Fresser (El milagro de P. Tinto, Mortaderlo y Filemón, Camino), junto a su hermano el periodista Guillermo (Gomaespuma) - otra vertiente es la de Alberto Fresser (Gestor Cultural, la Fabrica)- dibujaron desde hace muchos años un universo peculiar y redentor. Una visión anormal de lo cotidiano, absurda, que se parecía más a lo real que toda esa ficción que se basaba en la realidad, para entregárnosla repleta de tópicos y falsas copias de lo cotidiano. El universo naif e hilarante de Gomaespuma, y el cosmos de El Milagro de P. Tinto, donde Javier y Guillermo (director y guionista) se aferraban a su visión del mundo para entregarnos un cosmos infantil, buenista y cómico propios, bajo una crítica benévola a la herencia infantiloide de lo católico – educación mamada o reutilizada a su manera-, y dar la vuelta a esa lectura y desparramando una historia entrañable y redentora, con un halo de humor lunático que sentaban una forma de hacer Cine.

Un estilo que apuntaba en dos cortos memorables: El secleto de la Tompleta, y Aquel ritmillo. Mucho había detrás de la influencia de aquel Delicatessen, o la Ciudad de los niños perdidos de los directores franceses Jeunet y Caro.

Un actor de aquellos comienzos, el irrepetible Luis Ciges… un ser de otra galaxia desde luego. En Campeones podemos ver la búsqueda de nuevo de lo raro, lo anormal. El texto que le cayó en las manos a Javier Fresser, escrito por David Marqués (Aislados, Deshechos…) fue una buena nueva y un rayo de luz para ese mundo propio. En una cancha de baloncesto, un equipo de discapacitados levanta su propio planeta a través de valores más humanos y fraternales. La historia sin embargo es bastante conocida, un ser que se define normal pero que tiene la vida patas arriba el entrenador Marco (Javier Gutierrez), aun cuando, su carrera había sido exitosa .

En esta situación se encuentra frente a una situación que le examinará como persona, sus valores y corazón. Aquí es donde aparecen ese conjunto de seres de otra galaxia. Son discapacitados reales y al mismo tiempo un conjunto de humanidad sublime que ponen patas arriba la historia y al mismo tiempo la forma de contarla y transmitirla.

Es ahí donde Javier vió el aro como una piscina de grande y llevó su mundo, el de otras películas más a atrás, donde los primeros planos se llenaban de jetas. Y es así donde toda la comicidad de esto personajes fluye, el plano excesivo, el corte rápido a lo Mortadelo y Filemon. La historia, nos replantea la idea de la "normalidad" desde un punto de vista nuevo, el de la fraternidad, la diversidad y la diferencia, es decir, lo que debería ser normal.