Para nosotros, darse una ducha es uno de los hábitos más normales del mundo. ¡Qué digo! No es ni un hábito sino que lo vemos como una necesidad. Sin embargo, no nos equivoquemos que no siempre ha sido así. En la Edad Media, darse un baño era lago más bien poco común. Se ve que no se les llegó lo romano en este aspecto.

¿Existían los baños en las casas?

Si la higiene estaba bastante ausente en el día a día, los baños no estarían muy decentes. Es más, en la casas solo tenían baños aquellos que podían permitírselo como los nobles y alguna familia con dinero.

Vamos, era un lujo total.

El resto de las personas tenían que conformarse con los baños públicos que tampoco tenían mucho desarrollo ya que estaban mal vistos. Claro está, si nadie se bañaba por algo sería.

¿Por qué estaba mal visto bañarse?

A la Iglesia no le gustaba mucho el tema de los baños. Todo lo que fuese una escusa para quitarse la ropa, era algo que no le terminaba de gustar, incluso si era para la higiene.

Los baños estaban por todas partes pero en París es donde más había aunque existe ese rumor de que los franceses tenían un olor fuerte y cotidiano. Algunos de los datos más escalofriantes sobre la higiene en la Edad Media es que las mujeres hacían las necesidades sin quitarse el vestido aunque habría que investigarlo bien.

¿Cuándo se bañaban?

Está claro que en invierno no tocarían el agua ni aunque les pagasen. Por lo tanto, cuando comenzaba a pasar el frío comenzaban los primeros baños que podía rondar el mes de mayo. De ahí surgió la tradición de casarse alrededor de los meses de mayo y junio para aprovechar que todos estaban bien limpios, y de paso, metemos ahí un buen ramo para dar aroma.

Por supuesto existían los héroes de la época; los médicos. Muchos eran partidarios de los baños regulares pero claro, siempre existe la otra cara de la moneda.

El médico Averroes y los baños

No todos los médicos tenían mucho sentido común y es que Averroes fue un médico que llegó a decir que una mujer había quedado embarazada solo por compartir el agua que había utilizado un hombre hace un tiempo.

Se llegó a pensar que como la piel se reblandecía y los poros se abrían, te entrarían todo tipo de vapores en el cuerpo provocando una muerte súbita o en su caso más suave, enfermedades horrendas.

En el tiempo de la Peste Negra, los médicos pidieron que se cerrasen los baños porque podía ser un modo de contagio muy efectivo. Pensaron que mantener una capa de suciedad sobre la piel, ayudaría a no contagiarse.