Mary W. Shelly (Londres 1797-1851) comprendió poco tiempo después de la primera edición del moderno Prometeo, que su obra tendría más repercusión que ella misma. Incluso la excelente producción de su marido, a la par el gran poeta inglés Percy Shelly (1792-1822) se iba a quedar pequeña respecto de esta obra eterna. Frankenstein un personaje sin nombre definido nunca en el texto, iba a crecer desde sus primeros pasos literarios para convertirse en icono pop ya en el siglo XX. Pero para comprender en profundidad esta creación, hay que remontarse a la vida de Mary W.
Shelly, hija de lo más granado del humanismo de la época, del afán romántico de ese tiempo y de la propia revolución industrial.
Mary W Shelley hija de Mary Wollstonecraft
Mary W Shelley era hija del filósofo William Godwin y la filósofa y pionera feminista Mary Wollstonecraft (1759-1797). La madre, que murió a los pocos días del parto, fue una de las grandes mujeres de la consciencia feminista en los umbrales del movimiento. Hija a la par de las turbulencias de la revolución francesa que llevó a la horca a la principal figura de la génesis del pensamiento feminista, Olympe de Gouges (1748-1793). Mary Wollstonecraft publicó poco tiempo después de La Declaración de los derechos de la mujer y el ciudadano (1791) de Olimpe De Gouges–libro basado en la Declaración de los derechos del hombre y el ciudadano, de la revolución francesa- Vindicación de los derechos de las mujeres donde exigía la educación para las niñas, basándose en la ideas roussonianas del contrato social.
Exponía, que para llevar a cabo un verdadero contrato social era prioritario dar los mismos derechos y facilidad de educación y conocimiento a las mujeres. De ninguna otra forma se podría crear una sociedad igual, justa y libre.
Mary Wollstonecraft encarnó el romanticismo en su propia carne. Mujer de desamores airados con dos tentativas de suicidio, dejó maravillado al filósofo y escritor William Godwin, por el libro de viajes que escribió con su primera hija Fanny, y una niñera.
De ahí surgió la admiración y finalmente el encuentro. Mary W. Shelly sería el fruto de ese amor.
La vida de M. Shelly, la idea de Frankenstein
Mary W. Shelly nació el 30 de Agosto de 1797 en Londres. La infancia y educación de Mary fue distinta y realmente privilegiada en conocimientos. Tan trasgresora como fueron las ideas de su madre, pero con un gran vacío, el que nunca pudo llenar, el de su corazón.
La falta de lo emocional, de cariño y la soledad, fue una constante en la vida de Mary. Su madrasta nunca ejerció de madre y aunque durante toda su infancia y adolescencia Mary Shelly estuvo acompañada por lo mejor del pensamiento de la época, lo intelectual no pudo ocupar el espacio emocional. Por su casa pasaron el poeta Coleridge, el inventor Nicholson… el divulgador del vegetarianismo John Frank Newton. Vivió rodeado de pensadores pero no de afectos, todo ese magma intelectual y ese compendio de faltas del corazón fueron la génesis del nacimiento de Frankenstein.
La época eléctrica y el principio de la vida
Era una época de revoluciones, la electricidad era el fenómeno que estaba alumbrando un porvenir de esplendor.
Benjamin Franklin, Alessandro Volta, o el italiano Luigi Galvani, exponían sus avances y un aire de euforia se respiraba. La idea del origen de la vida, también era una pregunta que los científicos comenzaron a afilar en esa época. Mary Shelly solo tenía que recoger los frutos.
La joven contrajo matrimonio con el gran poeta Percy Shelly, íntimo amigo del gran Lord Byron y John Keats. En ese círculo de amor libre, nació la idea en unos día en el lago Leman (Suiza, 1816)
Frankenstein la historia y el símbolo
Lord Byron y Shelly recordaron un suceso acontecido: un hilo de masa en un brote de cristal, por algún proceso extraordinario, quizás calor o electricidad podía agitarse y moverse. ¿Acaso un cadáver podría reanimarse, después del calor vital necesario?
Se preguntaban.
Esa fue la semilla. Durante el año 1816, hasta la primera publicación de la obra en (Marzo de 1818), Mary comenzó a escribir y con la ayuda de su marido, desarrolló la historia. Un ser creado de trozos de muertos, reanimado y cobrado vida por Victor Frankenstein gracias a la electricidad que comía raíces de hierbas.Un ser que nació bueno, que caminó y pensaba desde el primer momento, pero el miedo de su creador y el desprecio de los humanos, le relegó hacia la soledad y el resentimiento.
El símbolo de Frankenstein, es el del monstruo humano. Responde a muchas preguntas de la época y también universales. La falta de amor, el desarraigo… el desprecio. Ser apartado de la sociedad y del calor humano, de su comprensión.
Pero también la crítica desmedida hacia los hombres que quieren ser Dioses, como Victor Frankenstein, en una época donde el capitalismo y la industria, irrumpían sin cara humana y apartaba al hombre de la Naturaleza.