Todos conocemos la historia de Apolo y Dafne pero parece que siempre tiene una atmósfera de amor y belleza sin pararse a pensar que en efecto, el suceso que narra este mito es como mínimo acoso y cruel.

Apolo es castigado por Eros. Algunos pueden pensar que de esa manera no es culpa de Apolo todo lo que sucede pero si tenemos en cuenta que Eros es el dios del amor o del instinto amoroso, no deja de ser una representación de la respuesta amorosa de Apolo o de cualquier otro hombre frente a la belleza de una mujer, en este caso. Apolo se había burlado de Eros por estar jugando con el arco y las flechas a lo que este le respondió con una maldición.

Apolo le vino a decir a Eros que qué hacía con esas armas más propias de un adulto que de un niño (por lo que lo llamó inmaduro) y que por qué no las dejaba para los adultos de verdad. Le espetó en la cara que dejara las cosas de mayores para los mayores como Apolo.

La respuesta de Eros a Apolo

Eros antes tal insulto no se quedó quieto y es por eso que cogió una flecha de oro y otra de plomo. Cada una tiene un efecto: la de oro incita al amor mientras que la de plomo incita al odio. Con la flecha de plomo disparó a Dafne y con la de oro disparó a Apolo en el corazón. Esto representa el sufrimiento de una persona no correspondida pero claro, ¿hasta qué punto? ¿Todo es aceptable bajo la excusa del amor?

Apolo sentía una pasión muy grande mientras que Dafne pasaba de él. Además, Dafne había rechazado a muchos otros amantes potenciales y lo que le gustaba de verdad era la caza y explorar los bosques.

Por otra parte estaba el padre que teniendo una hija tan hermosa "cómo no la iba a querer casar". No obstante, Dafne no quería y le rogó a su padre que no la casara, que ella lo que quería era mantenerse como Artemisa, soltera y dedicada a los bosques.

El padre aceptó pero aún así le advirtió de que sería difícil que una mujer tan bella se mantuviese alejada de sus pretendientes para siempre. Es decir, que por mucho que quiera vivir su vida a su manera, poco va a poder hacer porque siempre va a tener a algún tío persiguiéndole.

El injusto final de Dafne

Apolo la acosó. Estaba constantemente detrás de ella, pidiéndole que se quedara con él pero Dafne lo único que hacía era huir de él porque no lo quería y por mucho que rogase, no iba a estar con él.

Tan eterna fue la persecución que al final los dioses tuvieron que intervenir. A diferencia de lo que pensamos, lo normal sería intervenir para que Dafne pudiera vivir su vida pero no, intervinieron para que Apolo la alcanzase.

Al ver que no le quedaba otra salida y que Apolo la iba a atrapar, Dafne tuvo que pedir ayuda a su padre. A este solo se le ocurrió una salida y era convertir a su hija en un árbol, concretamente en un laurel. Es decir, la mejor salida era morir en vida y convertirse en un árbol. Aún así, Apolo abrazó el laurel con toda su pasión e incluso el árbol (que no dejaba de ser Dafne) se removió. Al ver que ya no la podía esposar, prometió que la amaría para la eternidad y que sus hojas coronarían las cabeza de los héroes además de utilizar sus poderes divinos para que siempre se mantuviese verde.