Tras el debut de Greetings From Asbury Park, NJ, Springsteen, tras una breve gira, no tardó en meterse de nuevo en el estudio para grabar lo que sería su segundo álbum. Un disco en que quiso quitarse la espina que supuso el primero, una irregular colección de canciones a medio camino entre lo acústico y lo eléctrico y que no mostraba a la banda en su dimensión real.
A principios de septiembre de 1973, salía al mercado el segundo álbum de Bruce Springsteen, The Wild, The Innocent and The E Street Shuffle.
Aunque mejoraron las ventas respecto al primer disco, no se vendió muy bien y supuso un problema para la compañía dado que la apuesta por el joven Springsteen era bastante alta y las expectativas no se estaban cumpliendo, pero con el tiempo se convirtió en uno de los favoritos de los más fanáticos del Boss.
Un disco ecléctico con muchas influencias
Un disco que muestra New Jersey en su plenitud, sus esquinas, su ambiente, su gente. Pero también hay mucho New York en las canciones. Una parte de la vida Springsteen impregna el disco y anticipa lo que está por llegar.
Siete canciones, 47 minutos que contienen Rock, soul, jazz, toques de funk, folk…que nos trasladan a los paseos marítimos de New Jersey. En este segundo disco se advierte un salto monumental a nivel compositivo, mantiene un poco el nivel de escritura respecto a su anterior trabajo en su estilo descriptivo si bien con más fuerza interior. Incorpora este toque cinematográfico y así podemos escuchar las canciones como si fueran películas
Eso se ve claramente en su segundo corte, el clásico 4th july, Asbury Park (Sandy), en como describe el amor, el final de los sueños de juventud y como no la huida hacia un lugar mejor, asunto que aparecería más tarde en su siguiente trabajo.
También en la primera cara del disco está la inmensa Kitty's Back que en directo adquiere un carácter épico y monumental. Recomendable la versión que se puede oir en el famosísimo boolteg que existen de sus conciertos en el Bottom Line y que tanta fama le generó.
La suite de la cara B
La increíble cara B se compone de tres canciones que juntas forman un muro sonoro épico.
Incident on 57th Street es un preludio de Jungleland por su temática y brilla tanto en su versión a piano como en su original forma con la banda a toda pastilla. Le sucede uno de sus clásicos en los directos y que forman parte de la parte final y festiva de los conciertos, la épica Rosalita (Come out Tonight), para acabar con una maravilla musical como New york Serenade, con una preciosista introducción de piano de Sancious.
Un cierre magistral.
El álbum fue muy bien defendido en directo y en los shows se podía ver como la banda sonaba cada vez mejor, conectando más aún con el público y anticipando lo que se veía venir.
Lo que estaba por llegar
Sin embargo, poco después, Bruce Springsteen, consciente de que se lo jugaba todo a una carta con la discográfica, se metía en los estudios para grabar lo que sería su disco definitivo, el que confirmaría las expectativas puestas en él y que hasta ahora solo se veían cumplidas en directo, pero no en ventas de discos, que al fin y al cabo es lo que interesa a las compañías de discos.
En definitiva, The Wild, The Innocent and the E Street Shuffle mostró al Springsteen más ecléctico. Un disco que no se vendió como se esperaba, pero que con el tiempo se convirtió en todo un clásico.