La pasada noche del 19 de febrero tuvo lugar en el local madrileño "Nunca Nadie Nada No" la performance del músico y compositor Juanjo Guillem a través de la agrupación Neopercusión, que desde 1994 lleva creando y realizando proyectos que tocan todos los ámbitos de la Música: clásica, étnica y contemporánea.

Neopercusión participa y es responsable de la dirección artística de las Residencias organizadas por el Centro de la Difusión para la Música Contemporánea que tiene lugar en el Centro de Arte Reina Sofía de Madrid.

Cuando el espacio y el tiempo se sincronizan

En la primera performance el músico interpretó una composición de Sarah Nemtsov, compositora alemana reconocida mundialmente, titulada Cards with Cummings. El artista acompañó la pieza con un poema de E.E.

Cummings, cuya traducción podemos encontrar en la antología poética de la editorial Hiperión Buffalo Bill ha muerto.

Los poemas de Cummings alcanzaron la fama por su manera de disociar la forma del contenido con usos pocos ortodoxos de las mayúsculas y signos de puntuación, sin respeto a la organización en párrafos, pero con una base formal concreta, como podrían ser los sonetos.

Encontramos una equivalencia tanto en la pieza original de Sarah Nemtsov como en la interpretación de Guillem. Ambos músicos de formación clásica realizan con sus composiciones un trabajo de destrucción creativa: una nueva ruptura de la estructura a través de la forma que mantiene la expresividad y trabajo previo de todo el proceso.

Guillem rompió el esquema al realizar su interpretación usando como instrumento una "batería callejera", creada a partir de elementos cotidianos como cubos, cajas o cadenas, y utilizando un espacio alternativo del centro de Madrid que momentos antes había servido como espacio para la presentación de proyectos auto-gestionados para la experimentación y creación de espacios artísticos. Algunos de ellos fijos, como el Cementerio del Arte o Museo Mausoleo de Merille; y otros móviles como Periferry, proyecto que se desplaza por el río Brahmputra en la India, o el Centro Portátil de Arte Contemporáneo en la ciudad de México. El resultado: una inmersión en la contradicción que toda disociación plantea.

Una vez colocado el espacio, es decir, la relación de las personas que contribuyen a formarlo: público, artistas, mediadores, financieras... Su interacción es la que configura y pone de manifiesto la relación que tiene lo alternativo con lo dominante. Y es entonces donde la única alternativa para la creación artística es trabajar con el tiempo en lugar de en su contra.

Para finalizar, una composición a dos voces sobre un poema griego, un juego de malabares fonéticos en el que los artistas usaron como instrumento su propio cuerpo y objetos cotidianos como una botella, un vaso, la mesa o el taconeo de sus zapatos de punta contra el suelo.