Egipto nunca sacia, es una de las frases más recurridas por este humilde redactor cuando se refiere al país de las pirámides y los faraones. Es un país donde el número de enigmas que se esconden en el interior de sus yacimientos arqueológicos sólo es comparable con el número de granos de arena de su desierto.

El programa de ayer de “Misterios”, dirigido por Lorenzo Fernández Bueno que se emite los martes en el canal D-Max, tuvo como uno de sus temas la leyenda de los Semshu – Hor, los míticos gobernadores predinásticos del Valle del Nilo.

Presentes en las listas reales

Cuando Manetón elaboró la “Aegiptiaka” por encargo de Ptolomeo II, realizó una lista de reyes cuya cronología se extendía por más de 20000 años. Muchos de sus nombres se correspondían con los de los dioses egipcios (Ra, Osiris, Seth, Horus…) y a continuación de ellos exponía una lista de “semidioses” llamados Semshu -Hor, que gobernarían Egipto hasta el primer faraón humano: Menes – Nar – Mer, que según la Egiptología es el unificador del país, y el primer rey del país del Nilo. Nar – Mer reinó hacia el 3100 a.C. Por lo que los egiptólogos niegan cualquier otro origen de Egipto antes de esa fecha. A pesar de que existen en Abydos enterramientos reales anteriores a los de Nar – Mer, pero no se considera que esas tumbas pertenezcan a reyes que gobernaran en todo Egipto, sino sólo en una parte del país.

En el incompleto Canon Real de Turin también aparecen testimoniados estos Semshu – Hor como primigenios gobernantes de Egipto antes de los faraones.

En busca de gigantes

Se podría hablar mucho de este tema, y le dedicaré espacio en otros artículos. Centrándome en el programa de ayer martes, Lorenzo Fernández Bueno visita varios lugares extraordinarios de la Arqueología egipcia, como la Esfinge, el templo de Seti I y el Osireion de Abydos o el Serapeum de Saqqara en busca de pistas que defiendan su teoría de que los Semshu – Hor existieron y tenían una estatura superior a la normal.

Concluye esta parte del programa ante un sarcófago del Serapeum, defendiendo su existencia como un recuerdo de aquella generación de seres gigantescos que gobernó Egipto antes de la civilización faraónica.

Lorenzo Fernández Bueno parece creer en la existencia de una Humanidad de grandes proporciones, que creó una civilización global en tiempos anteriores a la última glaciación (hace unos 13000 años) cuyos últimos restos se pueden hallar en lugares como Tiahuanaco y Puma Punku, Sacsahuaman, Baalbek o el Osireion de Abydos.

Realmente, en su arquitectura hay elementos comunes, como los puede haber entre los elementos arquitectónicos de culturas distantes entre sí geográfica y temporalmente, pero de ahí a defender que fueron creados por una misma cultura o por una generación de gigantes hay una distancia ciclópea (nunca mejor dicho)

Dicho esto, sí son ciertas algunas de las cosas que se muestran en el programa: parece muy factible que la Esfinge sea muy anterior a las pirámides y que Kefrén no la ordenó esculpir, sino que la restauró con su efigie. También parece creíble que el Osireion es anterior a la civilización dinástica, ya que ya estaba bajo tierra cuando Seti I construyó su templo, sobre sus cimientos.

Pero quién construyó el Osireion, como Tiahuanaco o Mohenjo Daro, son enigmas sobre los que aún no se ha descubierto toda la verdad.