Los peatones miramos fascinados ante la etérea escultura sobre la cabeza de la estatua ecuestre de Felipe III. Ahí estará embobándonos hasta el día 19 de Febrero. Es decir hasta esa fecha podremos mirar a las musarañas, eso sí bien iluminadas y de grandes dimensiones (44 metros de largo, 35 de ancho y 21 de alto). Una escultura a todo color titulada Madrid 1.8 , compuesta de fibra trenzada, creada por la artista norteamericana Janet Echelman y que se pudo ver en ARCO 2011. La idea de la obra surgió de los datos gráficos que marcaron los distintos monitores de la altura que tomaron las olas del Tsunami de Japón del 2011.

El título, 1.8, toma como referencia el fenómeno que aconteció con la gran maremoto. Las vibraciones aceleraron la rotación de la Tierra y la longitud planetaria se redujo 1,8 segundos. Estos son los datos, las sensaciones, pintorescas, la Plaza Mayor durante este año se ha convertido en patio de juegos creativos, con acierto, de un variopinto conjunto de instalaciones. 1.8, nos replantea las leyes de la física, incluso de la cuántica a dejarnos perplejos ante tal alarde etéreo, o casi mágico... una Aurora boreal metalizada, o algo así... lo que hay ver.

La iluminación le brinda espectacularidad a la obra. Al caer la tarde la estructura torna a distintos tipos de tonalidades generando un espacio sugerente y una instalación completamente orgánica.

Los materiales con los que se ha realizado el monumento flotante, están compuesto por fibra más fuerte que el acero, más cordones de nylon de alta resistencia.

El ayuntamiento eligió esta escultura para conmemorar el Cuarto centenario de la Plaza Mayor, finalizando el programa de Cuatro Estaciones que ha llenado el histórico cónclave madrileño de Arte urbano durante estas cuatro temporadas: el mapeo de los frontales de la plaza, el laberinto de residuos plásticos, el césped primaveral, y esta Aurora boreal de ensoñación flotante