La exposición organizada por el Museo Reina Sofía muestra la figura poliédrica de Fernando Pessoa, y sobre ella la escena vanguardista portuguesa de la primera mitad del siglo XX. Es indudable que en ese cruce de caminos la figura del gran creador literario Pessoa, dinamizador esquivo pero artista motor de cientos de iniciativas y corrientes, fue esencial para ubicar un imaginario moderno en el Portugal de la época.

Fernando Pessoa el creador

El poeta es siempre un fingidor diría Pessoa (1888-1935) en sus variados encuentros con los compañeros de generación. Tal fue así el Parnaso del escritor que de él solo surgieron heterónimos diversos como Alberto Caeiro, Ricardo Reis, Alvaro de Campos, Bernando Soares... Autores ficticios con estilos diferentes y creaciones diferentes. Todo un club de desacuerdos zurcidos por la misma cabeza pensante. Entre esos autores se carteaban, o se criticaban directamente haciendo palpable la disconformidad del discurso y la forma de sus creaciones. Fernando Pessoa, el ser poliédrico, había creado él mismo la vanguardia con sus propias creaciones que competían con las creaciones de sus heterónimos, que al mismo tiempo se codeaban con las creaciones de sus artistas coetáneos, el portugués Mario de Sá-Carneiro, o los brasileños Mário Andrade, Carlos Drummond, Mulio Mendes...

Fernando Pessoa fue el motor de una arte de vanguardia portugués germinal en el siglo XX, el modernismo, figura central de este movimiento.

Tuvo en sus creaciones y en sus trabajos de difusión como el caso de la revista, A Águia, Orpheu, K4 O Quadrado Azul, Portugal Futurista o presença, una caja de resonancia de estas ideas de vanguardia, ejerciendo una gran influencia en la intelectualidad portuguesa de la primera mitad del siglo XX. No solo por tanto, fue la literatura sino el pensamiento y con ello todas las corrientes plásticas del momento. La literatura era un arte, y arte una forma de literatura que se pudo ver reflejada en corrientes como el Paulismo, el interseccionismo, el sensacionismo, la modernidad y el teatro.

La exposición

Se han reunido más de160 obras de Pintura, dibujos y fotografías de unos 20 artistas como Amadeo de Souza-Cardoso, Eduardo Viana, Sarah Affonso, Júlio o Sonia y Robert Delaunay... Almada Negreiros. También mucha documentación original (revistas, textos, carteles, correspondencia).

Los fondos provienen de variadas colecciones privadas e instituciones como la Fundación Calouste Gulbenkian, La Biblioteca de Portugal y el Centro Pompidou, entre otras.

La muestra se mueve por variadas corrientes por donde transitó e influyó Fernando Pessoa, y una firma de personalidad y distancia con las corrientes de la época que se reflejaban en París. Portugal, y en particular Lisboa y los artistas plásticos de aquella época no fueron miméticos seguidores de la capital del Senna si no que vieron con particular interés corrientes como el orfismo, el cubismo o el futurismo y lo llevaron a una visión particular y propia. Numerosas obras que podemos contemplar en las salas reflejan las corrientes de los diferentes movimientos pero con la idiosincrasia por lo popular, o con temáticas portuguesas.

Esto ocurrió con los artistas viajeros portugueses que traían las influencias continentales pero las amoldaban bajo su firma, pero también a la inversa, como el matrimonio de artistas Delaunay que se dejaron inspirar por los aromas portugueses.

Fernando Pessoa lleva a construir su propia línea y estilo, creando diversas corrientes dentro de la teoría poética, a las que denominó paulismo interseccionismo o sensacionismo. Estas corrientes no solamente nutrieron su producción literaria, también la de otros escritores además de creaciones plásticas y escénicas que aplicó en sus creaciones. Son estos ejemplos y particularidades de las corrientes artísticas mundiales las que metamorfoseadas por el pensamiento literario filosófico portugués y su impronta única podemos contemplar en el Museo Reina Sofía hasta el 7 de Mayo del 2018.