Nacida el 11 de mayo de 1906 en Pensacola, Jacqueline Cochran, bautizada Bessie Lee Pittman, fue pionera en el campo de la Aviación, donde batió numerosos récords mundiales. Además, contribuyó a su generación formando la Women’s Auxiliary Army Corps (WAAC) y la Women Airforce Service Pilots (WASP), haciendo posible a todas las mujeres la entrada en el mundo del pilotaje aéreo. Fuera de la cabina, tuvo tiempo para hacer carrera política y hasta lanzar su propia compañía de cosmética.
Inicios tumultuosos
Todo empezó en Florida, cuando la hija menor de una familia de cinco hermanos se casa con Robert Cochran, habiendo cumplido apenas 13 años.
A los pocos meses, la joven pareja da luz a su único hijo, también llamado Robert, que desgraciadamente muere al cumplir los cinco años. Cochran decide entonces poner fin a su matrimonio, guardando el apellido y adoptando de paso Jacqueline como su nombre de pila.
Después de mudarse a Nueva York y gracias a su temperamento decidido y emprendedor, Jackie consigue un trabajo como peluquera en el prestigioso salón de belleza "Saks Fifth Avenue". El inicio de una nueva vida que guardará siempre una relación muy controvertida con el pasado, pues hasta sus últimos días Jacqueline negará sus raíces humildes.
Un despegue meteórico
En 1931, alentada por un amigo aficionado a la aviación, Cochran empieza a tomar clases de pilotaje en la Roosevelt Airfield en Long Island.
Tan sólo tres semanas le hicieron falta a la intrépida mujer para aprender a pilotar una avioneta y dos años para obtener la licencia oficial. Entre sus mayores logros en este campo, se encuentran: primera mujer en competir en la carrera Bendix, primera en batir récords de velocidad y altitud, primera en cruzar el Atlántico montada en un bombardero y primera en superar la barrera de sonido.
Con cinco Harmon Trophies y otros galardones, tales como la Medalla al Servicio Distinguido o la Legión de Mérito, Cochran fue considerada la mejor piloto de todo EE.UU., consagrándola como “La Reina de la Velocidad”.
Mujer de negocios del año
En 1936, Cochran contrae matrimonio con uno de los hombres más ricos del mundo y jefe de los estudios cinematográficos RKO, Floyd Bostwick Odlum.
Éste le ayudará a establecer su propia compañía de cosmética llamada “Wings of Beauty” (trad. “Alas de Belleza”), y además sus contactos en el mundo del cine propiciarán que la marca cuente con el apoyo promocional de la mismísima Marilyn Monroe.
Quizás no tuvo una educación exquisita, pero Jacqueline Cochran resultó tener un muy buen olfato para los negocios. En 1951 fue considerada como una de las 25 mujeres de negocios más importantes de su país y entre 1953 y 1954 la Associated Press la nombró “Mujer de Negocios del Año”.
La política, su última pirueta
En el '56, Cochran que estuvo siempre muy involucrada en política, se presenta como candidata del Partido Republicano al Congreso de California.
Con un resultado más que ajustado (51,5% vs. 48,5%), Jacqueline pierde las elecciones convirtiéndose en uno de los pocos fracasos que jamás experimentará.
Bendecida por la fama y la riqueza, Cochran decide donar parte de sus beneficios a obras caritativas. Sobre todo a aquéllas dirigidas a las clases más empobrecidas, como a las que ella misma perteneció.
Tras labrarse una carrera meteórica, llena de piruetas profesionales, fruto del esfuerzo y de la tenacidad, Jacqueline Cochran pasa sus últimos días en su casa en Indio, California donde fallece el 9 de agosto de 1980. Tras su muerte, el Thermal Airport, regularmente utilizado durante su carrera, será rebautizado como el Jacqueline Cochran Regional Airport, haciendo honor a la memoria de “La Reina de la Velocidad”.