Seguro que has escuchado hablar de unos seres mitológicos conocidos por el nombre de sirenas. Son bastante célebres por el episodio que la Odisea de Homero les dedica, en el que estas sirenas de canto hipnotizador tratan de encantar a los marinos de Odiseo. Afortunadamente, la hechicera Circe ya les había advertido.

¿Quiénes son las sirenas?

La literatura da para mucho juego y descripción abundante, gloriosa y épica, pero este tipo de seres mitológicos no tiene nada que ver con la de Disney, ni mucho menos. Son representadas como aves; no son peces y, además, tienen brazos.

Se parecen más a una quimera, y su origen se ha establecido según entendidos, expertos y egiptólogos, en la mitología egipcia.

En la literatura universal han quedado registrados varios nombres de sirenas, aunque en la Odisea no se menciona el nombre de ninguna ni cuántas formaron parte del ataque al barco de Odiseo en su regreso a Troya. Los nombres de estas sirenas fueron Aglaofema, Telxiepia, Pisínoe, Agláope, Parténope, Ligia, Leucosia según algunos autores. Aunque con esos nombres, quizás Homero nos hizo un favor al no colocarlos, ¿no crees?

El rapto de Perséfone

Las sirenas servían a Perséfone. Durante el rapto de Perséfone, dado que en ese momento estas criaturas con cabeza de mujer no tenían alas, fueron las encargadas de ira rescatarla.

Aquí existen dos versiones sobre este acontecimiento. La madre de Perséfone, Deméter, las castigaría con alas por no haber sido capaces de rescatar a su hija. Por el contrario, se cree también que las sirenas pidieron ser aladas para poder facilitar la búsqueda de Perséfone. Que esto fuera un don o una maldición depende de puntos de vista muy distintos y de la visión que se tenga de la mitología antigua.

¿Pero cómo pudo resistirse Odiseo al canto de las sirenas?

Las sirenas son conocidas y reconocidas mundialmente por su canto embriagador y que trae la desgracia a los marinos que rondan la isla donde ellas habitan. Odiseo ya había sido advertido por Circe, la hechicera, que tuvieran cuidado con ellas. Para evitar la tragedia que abocaría a todos a un mal fin, la tripulación se tapó los oídos con cera.

Odiseo hizo que su tripulación lo atara al mástil del barco, ya que él quería escuchar el canto de las sirenas. Estando atado al mástil no perdería la vida buscando a las sirenas que trataban de excitarlo.

Puede que las sirenas sean criaturas mitológicas, pero los cantos de sirena siguen existiendo, y son bastante peligrosos en la actualidad. Mucho más que antes, las redes sociales son demasiado efectivas para según qué cantos.