De todo se ha dicho sobre la novela “Carmen del francés Prosper Mérimée, publicada en 1845, y de su adaptación a la ópera en 1870 por su compatriota Georges Bizet. Que si perjudicó gravemente a España adjudicándole la imagen de toreros, flamenco y pasión temperamental, que si a España le ha costado horrores quitarse esa imagen de encima y aparecer ante el mundo como un país moderno, etc.

Pero no hay que negar que a muchos artistas, tanto extranjeros como a los propios españoles, les ha gustado observar la ópera y la novela, y adaptarla a su gusto artístico.

En el cine, hemos visto versiones con una Carmen afroamericana llamada Carmen Jones, con Rita Hayworth (americana hija de español) encarnándola en una película de Hollywood; luego una versión con música y ballet flamenco de Carlos Saura, o hace poco en una versión de Vicente Aranda basándose en la novela.

También hubo una versión teatral libre del escritor Antonio Gala, que la escribió para la actriz Concha Velasco, cuyo personaje decía orgullosa: “Yo soy la Carmen de España, y no la de Mérimée”. Pero universalmente, se acepta más la versión propia del escritor francés y de la adaptación operística de Bizet.Antes de continuar, están avisados de que esta noticia contiene spoilers (datos revelados) de la novela.

Nueva versión de Carmen contra la violencia de género

Pues un director de escena, Leo Muscato, ha presentado en Florencia (Italia) una nueva versión de la ópera, respetando la trama y las canciones, pero con un nuevo detalle, inédito en otras versiones de la misma: ha decidido cambiar el final de la misma, donde Don José asesinaba a puñaladas a Carmen por celos y por una pasión amorosa desmedida.

“Lo he hecho por que no se puede aplaudir el asesinato de una mujer”, dice Moscato tajante. Dice asimismo que se lo sugirió el director de un teatro, que no le gustaba nada que Carmen muriera de aquella manera. Y menos en una época como la actual, donde desgraciadamente, la violencia de género sigue estando de actualidad, con el caso Harvey Weinstein como detonante de todo para decir basta, e intentar cambiar las costumbres y relaciones entre hombres y mujeres.

Aunque la trama original de “Carmen” se desarrolla en la Andalucía de 1830, Leo Moscato hace una versión contemporánea de la misma, trasladándola a un campo de gitanos en la década de 1980, donde ellos ocupan el lugar ilegalmente, y ella trabaja en una fábrica de cigarros cercana.

Don José es un policía antidisturbios, brutal e irascible, que viene para expulsarlos de allí. Moscato ha querido huir del maniqueísmo pese a todo, mostrando a su Don José como alguien vulnerable y capaz, de vez en cuando, de ser tierno, pese a su carácter ferozmente antipático para el espectador actual. Dice que así es como en cualquier caso de Violencia de género. No ha cambiado nada las canciones ni la esencia del libreto original, más allá del cambio de época.

División de opiniones entre la crítica

La obra se representará en el Teatro Maggio de Florencia el domingo 7 enero. Y antes de ello, la crítica se ha dividido entre quienes aplauden la decisión de Moscato y los que ven como un “sacrilegio” el que haya cambiado el final de “Carmen”.

Asimismo, cree que así se despoja la obra de esa misoginia que infestaba tanto la novela como la ópera originales. Además, Mérimée ya demostraba esa misoginia añadiendo como prólogo de su novela una cita del poeta griego Palladas, que vivió en el siglo IV antes de Cristo, de este terrible tono: “Toda mujer es amarga como la hiel, pero ella tiene dos buenas horas, una en la cama y la otra en el momento de su muerte”.

Algo que hoy en día no se puede aceptar y que ya no funciona. Y ello lo arregla Moscato con que Carmen, en defensa propia, mata a Don José antes de que él le mate a ella.