Mariano Fortuny (1838-1874) fue el artista español con más proyección internacional en el siglo XIX. Innovó en la técnica de la acuarela, a la que aportó naturalidad, claridad de tonos y una ejecución de calidad extraordinaria. Además, enmarcó sus acuarelas con paspartú dorado, biseladas y con filos de oro, lo que les otorgó un carácter muy pictórico. En 1867 se casó con Cecilia, la hija del pintor Federico de Madrazo.

Formación en Roma de Fortuny

Se formó en Roma gracias a que fue pensionado por la Diputación de Barcelona. En "Desnudo infantil con flauta" un joven exhibe con naturalidad su cuerpo desnudo y entorna su mirada en pose soñadora mientras sostiene una flauta.

Esta obra muestra el talento del artista como dibujante al lápiz y al carboncillo.

África y el descubrimiento de la pintura

La Diputación de Barcelona le encargó viajar a Marruecos para recopilar información gráfica de la guerra. Atraído por las costumbres árabes se convirtió en el máximo exponente del orientalismo en Cataluña. La luz intensa y el color brillante del Norte de África los refleja en su obra.

En "Camellos en reposo" la placidez adormece a los camellos, auténticos soberanos del desierto, tras una travesía. Su guía no está exento de un halo de misterio, al posar de espaldas al espectador. Impresiona que oculta algún enigma o bien manifiesta el aturdimiento propio ante las cálidas temperaturas.

Fortuny en España e Italia

Contactó con la escuela de Nápoles, partidaria de un estilo realista. Pintó el techo de la residencia parisina de la reina María Cristina. "Fantasía sobre Fausto": Se basa en la ópera "Fausto", de Charles Gounod. Fausto pacta con el diablo el intercambio de su alma por los placeres mundanos y una sabiduría ilimitada.

El conocimiento versado en la música, los libros y la Pintura se representa mediante el piano, una estantería y un cuadro. La escena se rodea de un halo onírico o espiritual que simboliza una dimensión mística.

Grabados y acuarelas de Fortuny

El artista manifestó habilidades técnicas gráficas y el dominio de la litografía y el aguafuerte para sugerir ambientes misteriosos.

Así, consigue dar una realidad más verdadera a una apariencia misteriosa y fantástica. Fortuny realizó además copias de obras de otros grandes maestros. Así, pintó "El retrato de Pedro Mocarte" de Goya del que supo extraer los rápidos toques del color, el empaste de las pinceladas para conseguir un efecto tridimensional y tonalidades plateadas.

También se inspiró en Ribera y pintó "San Andrés". Fortuny se interesó por captar la luz sobre el torso desnudo. Además, copió a la acuarela el "Menipo" de Velázquez. Destaca la expresividad del rostro junto a la mano. También realizó acuarelas de obras de Tiziano y Tintoretto. Su inspiración también procedía de acontecimientos cotidianos. Así, un día sorprendió a su amigo José Tapiró en ropa interior mientras cosía.

Desde este hecho desarrolló "El malandrín".

En Granada permaneció más de dos años. Allí pintó al óleo figuras desnudas, rincones urbanos y paisajes. Además, fue un estudioso de la expresividad anatómica. Por último, era coleccionista de tapices y restaurador de objetos antiguos, lo que influyó en su colección.