El equipo está compuesto, toda la troupe de dos hermanos incansables en la escritura de historias –todos ellos desde la atenta batuta de los giros de guión, como una constante Odisea- y como no, uno de sus actores fetiche: george clooney, que esta vez pasa al otro lado de la cámara para llevar a cabo este thriller de oscuridad social.
No es la primera vez que Clooney dirige, y tampoco que se adentra en los grandes males de esa sociedad, “enferma desde sus orígenes” como el mismo ha comentado más de una vez.
Son los Cohen los que tenían que estar en los textos de este proyecto, no podía ser de otra manera. Un antiguo guión que los hermanos dieron al actor... que al igual que hizo con Good night and Good luck (no es que fuera el libreto de este film un regalo de los Cohen), Clooney lo ha llevado al terreno de la crítica voraz contra unos valores y un estilo de vida basado en el supremacismo, el racismo y la exclusión social. El film, una historia bien contada, muy en la línea de los Cohen con variados nudos guión –muy académica- donde los conflictos se perciben en la lógica linealidad y el gato encerrado se descubre muy pronto –aquí su falta.
Esta vez el humor desaparece para meter el dedo en la llaga, es un film de Clooney, que se pone serio para estos menesteres de adecentar un poco el local, pero nada más... hay demasiada mugre en el sistema y es imposible la redención.