Sin lugar a dudas Hong Sang-Soo es uno de los cineastas más relevantes de este tiempo que nos ha tocado vivir. Su talento para jugar con la propia inercia de nuestra vida, o esencialmente la suya, nos atrapa y nos coloca en esa reducida lista del los creadores que hacer de la vida, arte. Expone esta vez los avatares de su propia amante en esta ficción, así nos lleva de nuevo a una inagotable fuente de inspiración artística. Si existe hoy un espejo donde podemos sacar algo en claro, de qué debemos hacer con el Cine, este se encuentra en la obra de autores como Hong Sang-Soo....

también en Europa, la influencia de la Nouvelle Vague es enorme sobre cómo la narrativa evoluciona en juego. El cineasta lo sabe y exprime sus enseñanzas hacia una nueva vuelta de tuerca. Oki´s movie; The Day he arrives, In Another Country, Nobody´s Daughter Haewon; Our Sunni; Hill of Freedom... Yourself and yours. Todo parece un juego circular, variables constantes sobre un mismo tema, la vida, las relaciones amorosas, la imposibilidad de la pareja...la incomunicación hombre y mujer, el desconocimiento de ambos. El extraño absurdo que nos revela el maestro coreano en esta cinta, nos acerca esta vez, a una cierta tristeza o melancolía –quizás ha intentado disculparse con su amante, y en esas se apuesto un poco más serio.

Todo parece llevarnos a una misma conclusión, nuestro absurdo vital perpetuo motivado por nuestros deseos. La vida por tanto siempre se configura de los mismos elementos repetitivos, un hombre una mujer, comida, bebida... deposiciones, querer... amar, perder lo amado.... Volvemos a beber y comer, más beber, e intentamos conocer que pasó charlando con alguien en una mesa. ¿Por qué fracasamos de nuevo? Unas veces te ríes otras lloras, el juego de la propia vida.