Entre jotas, morcilla y Pendones, León celebró la Fiesta de San Froilán. Una fiesta cargada de regionalismo y sentir de la tierra, evidentemente, marcada, como no, por el 1-O.

Esta fiesta es la fiesta de la Diócesis de León, celebrada siempre el primer domingo de octubre previo al día cinco del mismo mes. El día cinco la acción se traslada a la localidad de la Virgen del Camino con la Romería en honor a la patrona de la Región Leonesa. Es tradición este día llevarle a la novia (o pareja) los “Perdones de San Froilán”, así como besar el manto de la Virgen y tocarle la nariz a la imagen en relieve del Santo Patrón ubicada en el Santuario de la Virgen del Camino.

Fiesta cargada de tradición

Si por algo se conoce a la Fiesta de San Froilán es por su cargado aire tradicional. Da gusto andar por León estos días. Pues durante toda la semana, contando desde hoy, se sucederán en la capital del viejo reino diversos eventos: la Feria de la Morcilla, el Mercado de las Tres Culturas (Cristiana, Judía y Árabe) en recuerdo de lo que un día pudo haberse dado en las ferias medievales, un mercado de cerámica, actuaciones de grupos Folk, bailes regionales y pop… en fin, que León vivirá esta semana unos días que prestan (como decimos aquí).

A su vez, hoy domingo se han dado cita en León tres eventos simultáneos –que a mi juicio y al de otros muchos, estarían mejor hacerlos a lo largo del día y no solo en la mañana-:

  • Por un lado tenemos el Desfile de Pendones desde el Parador de San Marcos hasta la Catedral. En esta ocasión se han dado cita unos 264 pendones, con su buen séquito de pendoneros que bailaron con tesón y bravura los pendones haciendo las delicias del público. Lo mejor de cada año es ver la cara de sorpresa y a la vez de terror de turistas y peregrinos, que sorprendidos dejan escapar un “Woah” al ver tal espectáculo.
  • En la Seo leonesa se dan cita ‘Las Cantaderas’ y el Tributo de las Cien Doncellas (cabe mencionar que es comprender el protocolo de este acto cargado de solemnidad e historia). Como la explicación de esta celebración daría para escribir un libro -y así ha sido- no diré demasiado. Simplemente explicar que este día la corporación municipal viste sus mejores galas y se enfrenta mediante retórica y una prosa muy depurada a la corpus diocesano. Este enfrentamiento dialéctico sirve para lanzar ciertas pullas unos contra otros. A su vez, se realiza el Tributo de las Cien Doncellas.
  • Los Carros engalanados son la guinda del pastel. Una comitiva en representación de su pueblo, se acerca a la capital con una carreta tirada por una yunta de bueyes. Estas carretas son decoradas con los productos típicos (si los hubiera) de cada pueblo. A cada carreta la acompañan los propios del pueblo ataviados con el traje tradicional y si tienen suerte, un grupo de jotas les ameniza el trayecto por el Casco Antiguo de León.

Esta fiesta si es algo bonito de ver, aunque algunos comentarios en referencia a lo sucedido en Cataluña han ensombrecido un poco más el nublado día de hoy.

No estaría de más que algún medio nacional emitiese alguna imagen de esta antigua fiesta cargada de historia, pues sería una forma de aliviar la pesadez al respecto del referéndum independentista.

Invito a todo aquel que lo deseé a indagar un poco más sobre el origen de las celebraciones y tradiciones arriba mencionadas, pues si lo contase todo, dónde quedaría el placer del descubrimiento.