The King of New York (El rey de New York, 1992). The Funeral (1995), Aditction (1996) o la magnífica Go Go Tales (2007), son una buena escusa para poder ir a la Filmoteca, pero si hay que poner una carta de presentación sobre la mesa, Bad Lieutenant (El teniente corrupto, 1993), fue el film que nos abrió un Cine de oscuridad donde regocijarse en el mundo de Abel Ferrara (Bronx 1951), un espacio funeral del alma humana –gran parte de este baile se recoge de la relación que Ferrara tuvo con las drogas- El sargento corrupto, con un implacable Hervey Keitel en su viaje hacia el infierno, es un film repleto de imágenes y viajes a la humillación del ser humano.
Ferrara se consolido así, como uno de las firmas imprescindibles de el Indie americano junto a Cimino y Jarmush. De esta santa trinidad, el autor que más ha buceado en el laberinto de la perdición, un camino que, ya en sus años maduros, parece ir encaminado hacia la expiación y la luz. De la oscuridad el cineasta afincado hoy en Roma, retomó el camino de la redención en la década del 2000, para a día de hoy, regalarnos films como su última película: Pasolini (2014), un film lumínico de las últimas horas del cineasta italiano antes de su asesinato en 1975.